‘Añora y sus fiestas’. Autor: Antonio Merino Madrid. Edita: Diputación de Córdoba y Ayuntamiento de Añora. Córdoba, 2018.

No son infrecuentes los libros sobre etnografía (folklore, fiestas, tradiciones), dialectología (hablas locales o comarcales) y lexicografía (vocabularios, léxicos de oficios), escritos, en la mayoría de los casos, por personas que, con toda la buena voluntad del mundo, carecen de los conocimientos necesarios para abordar semejantes estudios. Por eso, llama la atención un libro como Añora y sus fiestas, por su rigurosidad, carácter científico, amenidad y un estilo accesible, a la par que limpio. Su autor, Antonio Merino Madrid, cronista oficial de Añora desde 1988, es uno de los más activos dinamizadores culturales de Los Pedroches a través de Solienses, un blog personal en el que se hace eco de cualquier evento relacionado con la cultura en la comarca, sin desdeñar tampoco la opinión sobre la vida social y política. Meritoria (e importantísima) es también la convocatoria anual del premio literario que lleva el nombre del blog, que da voz a escritores relacionados con la comarca.

El título de la obra muestra ya las intenciones de su autor. El término Añora se coloca en primer lugar cuando lo lógico es que hubiera sido el núcleo del adyacente (Las fiestas de Añora), revelando así que no solo se estudiarán las fiestas y que su verdadero protagonista es Añora, pueblo al que Antonio profesa un gran cariño, el cariño que tienen todas las personas que, en algún momento de su vida, se ven obligadas a salir de su tierra para buscar un futuro más próspero, para formarse, pero a la que inevitablemente regresan porque allí encuentran (sin rancios chovinismos) sus raíces y sus señas de identidad.

El libro está dividido formalmente en seis capítulos («Un paseo por la historia», «Principales cultos en Añora a través de la historia», «La fiesta de la Cruz», «La Virgen de la Peña y San Martín», «Otras fiestas singulares de Añora», «Los ritos que se fueron. Fiestas desaparecidas»), aunque una lectura subjetiva permite percibir una estructura interna distinta. Así, una primera parte la constituye una breve y amena historia de Añora (desde sus orígenes hasta la actualidad); a continuación, se centra en la fiesta de las Cruces, que es (sin duda alguna) la más importante de la localidad y la que más reconocimiento, para pasar luego al estudio del resto de festividades. Finalmente, hay un delicioso capítulo dedicado a los ritos que (triste e inevitablemente) han desaparecido por diversas circunstancias (merece destacar el dedicado a la encina que los quintos quemaban el año en que eran llamados a filas, un inteligente y agudo apunte sobre el comportamiento masculino en una sociedad patriarcal tradicional). Al adentrarnos en la lectura del libro, llama poderosamente la atención su carácter pedagógico (no puede negar Antonio que es profesor y que está acostumbrado a enseñar), divulgativo y ameno, que no está reñido con la rigurosidad y con el tratamiento científico de los temas que aborda. Como doctor en Filología Clásica, posee sólidos conocimientos, que se ponen de manifiesto en las abundantes referencias bibliográficas y en las notas, lo que convierte a Añora y sus fiestas en una obra muy valiosa para todo aquel que, proveniente del mundo académico, quiera realizar un estudio antropológico serio sobre nuestra tierra. Por eso, la obra está llamada a perdurar en el tiempo porque sienta las bases de futuras aproximaciones a las fiestas de otros pueblos de la comarca. Si hay motivos sobrados para leer el libro, podría añadirse la cuidada edición (a cargo del Ayuntamiento de su pueblo y de la Diputación provincial) y el estilo empleado. Todo ello convierte a Añora y sus fiestas en una obra a la que merece la pena acercarse porque contribuye, por una parte, a salvaguardar un riquísimo patrimonio inmaterial que está en serio peligro de extinción y, por otra, a que Los Pedroches dejen de ser esa comarca tan extraña (y tan lejana) para el resto de cordobeses.