En contadas ocasiones tiene uno la clara conciencia de encontrarse ante un clásico, pues un clásico me parece a mí la poesía escrita y publicada por el poeta granadino Fernando de Villena (1956), autor de una pródiga obra, tanto en verso como en prosa, ya que sobrepasa la veintena de obras en narrativa y ha tenido el acierto de reunir en volúmenes su obra poética, tales son: Poesía 1980-1990, Poesía 1990-2000, Los siete libros del Mediterráneo (2009), Los colores del mundo (penúltimos libros de poesía) (2014), y que al presente cierra con “Acerca de los días”, volumen que comprende su obra lírica escrita entre los años 2014 y 2020, publicado en Barcelona en el mes de abril de este mismo año. Un volumen de 320 páginas que supone todo un lírico festín para el lector y un grande consuelo para el alma en tiempos de sequía espiritual y poética, en los que se entroniza al falsario y se denigra al auténtico.

Fernando de Villena se inició en la publicación de poesía allá por el año 1980, por lo que forma parte de esa generación que se da a conocer en la década de los 80 y que se vio marcada por la división y el ninguneo de todo lo que no fuese “poesía de la experiencia”, en sus días iniciada a partir de los poetas conocidos como de “la nueva sentimentalidad” granadina, discípulos del profesor de la universidad de esta ciudad, Juan Carlos Rodríguez. Esta corriente más o menos compacta, que evolucionó posteriormente hacia posiciones más reflexivas e interiores por parte de sus más conocidos representantes, constituyó siempre un todo más o menos férreo, un bloque más o menos monolítico, aún en sus epígonos, acaparadora de premios y medios, protegida por organismos públicos y las editoriales nacionales de mayor influencia. De manera que prácticamente se hizo el vacío a todo aquello que se ubicase fuera de la corriente dominante. Lo que había fuera de ella era lo que intentó aglutinarse bajo el epígrafe de “poesía de la diferencia”, que pretendía albergar todas las demás sensibilidades poéticas que no comulgaban con la poesía de la experiencia. El título de “Acerca de los días” rinde homenaje al polígrafo latino Marco Terencio Varrón, que nombró de igual modo sus libros sobre las “Antigüedades”. El volumen en cuestión recoge seis poemarios, dos de los cuales vieron la luz de forma individual. Se trata de Morir por mi demanda (2015) y Estampas de Vejecia (2016), pues los otros cuatro son inéditos: Noticias que me duelen, La luna en la enramada, Libro de las peregrinaciones y Búcaro de cenizas.

En la “Nota previa” que nos introduce a la lectura, escribe el autor que sus libros responden a una doble vía: “los que fueron escritos como suma de textos dispersos, a manera de un diario lírico o emocional (…) y, por otra parte, los que fueron concebidos de manera cerrada y unitaria, o sea: libros con una clara intencionalidad temática y estilística” (pp. 9-10). A los primeros, que reflejan el paso del tiempo, pertenecen Estampas de Vejecia, La luna en la enramada y Búcaro de cenizas; mientras que, en los segundos, se integran Morir por mi demanda, obra de carácter religioso, Noticias que me duelen, donde refleja su dolor por las atrocidades que se suceden en el mundo contemporáneo, y el Libro de las peregrinaciones, continuación de Repúblicas del ensueño, obra incluida en Los colores del mundo, donde el poeta recoge impresiones de sus numerosos viajes.

En Acerca de los días se aprecia un acusado sentimiento de desgaste en relación con el paso del tiempo, un desgaste emocional, quizá, más que físico, aunque también esté presente esa conciencia. El paso del tiempo y el momento presente, la certidumbre de lo que se ha sido, sobre todo de la juventud, y de lo que se es, llegan a acuciar al poeta psicológicamente, pues este se duele de forma manifiesta de lo que considera hallará en el territorio de la vejez. Hay una postura ética, clásica y personal, en todo cuanto se dice en estos textos estoicistas y senequistas, con cierto matiz filosófico, situados en el orbe de un claro desengaño. Textos meditativos que se debaten entre la contemplación de la naturaleza y la reflexión, más que en la acción que, en su primera parte, van de alas del soneto, estrofa muy apreciada y hábilmente manejada por el poeta, estrofa que desaparece casi en las siguientes partes, las cuales abundan en esa temática del desengaño ocasionada por el paso del tiempo, las vivencias dolorosas que se acumulan y la cercanía de la vejez. Excepcional resulta el “Poema de un día”, que pertenece a “Acción de gracias”, en el cual hace uso de la lira para desarrollar un extenso poema de amor a la esposa, tras atravesar por una dolorosa experiencia hospitalaria.

Estampas de Vejecia es libro de amistades desaparecidas (son muchos los amigos ya idos a los que homenajea el poeta) y de disfrute de la naturaleza, especialmente del mar Mediterráneo en la costa granadina de Almuñecar, sin olvidar las constantes que dominan en su poesía última, algunas de ellas ya nombradas anteriormente; tales son el paso del tiempo (el transcurrir de los días y el sucederse de las estaciones), el desengaño hasta de la propia literatura y la preocupación por España. Sin embargo, Noticias que me duelen es libro bien distinto al resto de los suyos, porque nace de la urgencia interior de dar respuesta a las noticias de las atrocidades que se suceden en el mundo contemporáneo. Especialmente sensible se ha venido mostrando el poeta con la causa palestina y los desmanes del ejército israelí, aunque no es éste el único problema de nuestro mundo que vemos reflejado en unos textos descarnados y en algo quizá prosaicos: el FMI, la valla de Melilla y el paso del Estrecho, las torturas de la CIA, los refugiados y la guerra de Siria, etc.

La luna en la enramada es libro que busca mayor sosiego y se remansa deliberadamente a través de la memoria de la infancia con que se inicia, para remontar el vuelo del clasicismo en sentimiento y pensamiento. Para Fernando de Villena ese sentir y pensar clásico, que lo revierte en clásico a él mismo, no es una pose sino una forma de ser y entender el mundo, un constituyente esencial de su personalidad. El poeta busca la paz y el sosiego, recuerda y homenajea a algunos amigos, a su amada Teresa, los escenarios románticos de la noche, la luna y las estrellas que le procuran la lucidez que precisa para conducirse en la vida siendo dueño y señor de su pasado y de su presente.

En llegando al Libro de las peregrinaciones el lector percibe un destello especial, una chispa de luz que nimba los textos que deambulan por él. Desde las regiones del poniente, con Marruecos, a la segunda parte en que se adentra en el continente americano a través de Estados Unidos, Cuba y Costa Rica; a la tercera en que homenajea a Galicia y hasta una cuarta en que desemboca en Ronda, Venecia, Sevilla, las regiones de Navarra y Aragón o el condado de Durham, en Gran Bretaña. Ya en Búcaro de cenizas, de innegable aliento romántico, retorna el desaliento y los temas que le son afectos, aunque nimbados de un tono de tristeza y melancolía: el mar, los momentos del día como el amanecer o el crepúsculo, los miedos, la impotencia, la esperanza o los aromas vienen a confluir en ese búcaro que alberga las cenizas de lo que ha sido toda una vida vivida en plenitud de la mano de la literatura, los amigos, los seres queridos: “Y al final en un búcaro/ de míseras cenizas se resume/ la ardua lucha de toda una existencia:/ las blancas ilusiones de la infancia,/ los culpables excesos de los días/ de la azul juventud,/ la ambición y el esfuerzo de las horas/ de nuestra madurez roja y profunda/ como el silbo de sangre por las venas,/ los pensamientos cárdenos e inútiles/ de nuestros años últimos…” (p. 300). No cabe mayor desengaño ni mayor desesperanza. Pero así es, si así parece al lector o, por el contrario, se niega a aceptarlo y se subleva.

‘Acerca de los días. Poesía, 2014-2020’. Autor: Fernando de Villena. Editorial: Ediciones Carena. Barcelona, 2020.