L a nueva novela de Carlos Fidalgo (Bembibre, León, 1973), que titula Stuka (2020), está ambientada entre Berlín y el Alto Maestrazgo de Castellón, y tiene como protagonista al piloto alemán de uno de los siniestros aviones diseñados por la Luftwaffe, la fuerza aérea nazi, que aterrorizaba a la población por su eficacia y destrucción, aunque el verdadero tema de fondo es el sinsentido de la guerra, y la identidad sexual de violencia expresa que sufren las mujeres durante los conflictos armados. Ya en su primera novela, El agujero de Helmand (2011), el autor exploraba mediante una narración escueta, secuenciando escenas que equivalían a chispazos sucesivos, una serie de acciones bélicas en una zona desolada de Afganistán, donde el calor, las extensiones infinitas de arena y el sobresalto continuo ante cualquier amenaza o peligro formaban parte del hábitat cotidiano de un grupo de soldados. Su novela, La sombra blanca (2015), se concretaba en un relato de fantasmas, un juego de voces ambientado en las trincheras de la Primera Guerra Mundial, que desvelaba el misterio de un soldado escocés Elgin Gairloch, reclutado para combatir en Francia, y su vuelta a casa después de la última batalla del Somme, fechada en la primavera de 1918; y, a través de varios personajes, se concreta la historia de Gairloch que, en los campos de Picardía, conocerá la guerra, las trincheras, la desolación y la muerte, todo de primera mano, aunque no se trata de una historia bélica más puesto que desde pequeño, Elgin, ha sentido la cercana presencia de lo sobrenatural, y será cuando el sencillo y humilde relato de soldados adquiere un tono tétrico, oscuro y mágico a la vez.

Fidalgo sumergirá, en esta ocasión, al lector en tres escenarios para contar su historia, los pueblos del Alto Maestrazgo de Castellón que se convirtieron en las víctimas de los bombardeos de los primeros Stukas, en apoyo al avance de las tropas del general Franco para dividir el territorio de la República en la primavera de 1938, ataques que evidencian y recuerdan al sufrido en Gernika en abril de 1937, y se concretan en la villa de Benassal, una población bombardeada a finales de mayo de 1938 por la Legión Cóndor, provocando un importante número de víctimas, principalmente civiles; el otro gran escenario, Berlín, ciudad retratada en dos momentos diferentes de su historia, el primero, durante el verano de 1936, cuando la capital alemana se convirtió en sede de los Juegos Olímpicos, aunque paralelamente se traza un recorrido más lúdico por los conocidos cabarés y salas de fiesta del Berlín más desenfadado, esos escenarios de transformistas, en un ambiente de lujo, de prostitución, locales con música extranjera negra, donde descubrimos que el piloto Heiko Weber, un nazi convencido, que no acaba de aceptarse a sí mismo, como experto aviador y amante; y cuando la historia regresa años más tarde a una ciudad cercada por los soviéticos y bombardeada por los aliados, en abril de 1945, con Hitler encerrado en el búnker de la Cancillería, el esplendor de 1936 contrasta con el Berlín cercado por el Ejército Rojo, el ogro que avanza sobre la capital del Reich, y el terror invade las calles con el eco de las violaciones masivas que sufren las alemanas, mientras la División Norland de las SS se aprovisiona de combustible en el aeropuerto de Templehoff, aún intacto porque fue reconvertido en fábrica de los aviones Stukas y Focker, mientras un nuevo personaje añade su visión al conflicto, una trabajadora extranjera, una mujer ucraniana cuyo deseo es que los rusos entren en la ciudad, aunque pronto se concienciará de que en la guerra nunca se está a salvo y el diablo no tiene nacionalidad; y el epílogo de la obra, con un cuarto escenario, el del aeródromo de la localidad leonesa de La Virgen del Camino, donde la Legión Cóndor se despide de España rodeada de los principales jerarcas del régimen franquista.

La alternancia de los episodios y conflictos descritos muestran una singular habilidad del narrador Fidalgo para que su relato resulte tan hábil como apasionante, y aún añade a las páginas de esta novela histórica la curiosidad de unos personajes reales como Jesse Owens, el atleta afroamericano que logró cuatro medallas de oro en los Juegos de Berlín, el escritor Thomas Wolfe, que visitó la capital alemana en 1936, o los ases de la aviación Ernst Udet y Hans-Ulrich Rudel, y resuena la voz de Clare Holligworth, la reportera inglesa que adelantó en exclusiva la invasión de los nazis de Polonia.