Salir de viaje y desconectar de la rutina siempre tuvo un aliciente especial que en tiempos de coronavirus, cuando la movilidad parece estar coartada por los acontecimientos, se antoja más liberador que nunca. Mientras unos sufren por el riesgo a que un brote de covid les sumerja en un confinamiento inesperado lejos de casa, otros asumen el riesgo a cambio de la aventura. Ciudades eternas como Roma o Córdoba regalan cada verano al visitante una dosis segura de calor que ni siquiera este año, en el que la mascarilla es compañero obligado de viaje, parece un hándicap quienes han elegido visitar esta ciudad en estas fechas.

Raquel y Carmen, de Burgos, tras su visita a la Mezquita.

Los monumentos más emblemáticos de Córdoba siguen siendo punto de encuentro de los viajeros. Raquel y Carmen decidieron recalar aquí «sobre la marcha». Procedentes de Burgos, tan famosa como Córdoba justo por lo contrario, el frío de sus inviernos, han recalado en la ciudad califal tras un largo periplo en coche en una improvisada ruta por Andalucía. «Es nuestra primera vez en Córdoba y creo que nos hemos quedado cortas», comenta Raquel, «en dos días no nos va a dar tiempo a ver todo, además de la Mezquita y el Alcázar, hemos paseado por la zona de San Basilio en un free tour y ahora dudamos si ir a Medina Azahara o recorrer la Judería», comentan. Decidieron no salir de España por el covid, pero no pensaron en que algún brote las retuviera en el destino hasta pocos días antes de partir. «Cuando empezamos a ver las noticias de los brotes, te entran las dudas, pero ahora nos alegramos, la ciudad está muy tranquila y nos sentimos muy seguras».

Hugo, un fotógrafo procedente de Luxemburgo, donde la tasa de contagios es más alta que en España, planeó junto a su marido viajar a Andalucía en diciembre del año pasado y se alegra de haber venido. «Para mí, pasear por la Mezquita ahora que no hay nadie es un lujo, es la primera vez que vengo, pero puedo imaginar que no es así habitualmente», explica. Después de dos días en Córdoba, su plan pasa por visitar Granada, Sevilla y acabar en Marbella. «Los precios de los hoteles han ido bajando en los últimos meses, según hemos ido viendo», afirma, «y eso también nos ha venido bien». Llegaron a la ciudad en tren desde Madrid «con otras cinco personas en el vagón», así que «las distancias se cumplían, estamos tranquilos».

Según los guías de la Mezquita de Córdoba, son los franceses los que más solicitan sus servicios estos días, frente a otras nacionalidades más reacias a recorrer los monumentos en grupo. Desde Toulouse, han viajado estos días a Córdoba Hugo, Ludo y Fabián, tres franceses que tenían planeado cruzar el charco para conocer México y que cambiaron sus planes para recorrer parte de España y Portugal. «Nos preocupa el virus por si había que hacer cuarentena en algún sitio, pero cuando vimos que no era necesario, decidimos venir». Alojados en un apartamento turístico, la experiencia en Córdoba ha sido «muy buena». De hecho, dicen estar encantados con la comida y con los precios de los alojamientos y de los bares, que en comparación con los de Francia, aseguran, son más baratos.

Hugo, Ludo y Fabián, procedentes de Toulouse (Francia) en el Patio de los Naranjos.

Desde Vitoria, han llegado a Córdoba Juanma y Maya, dentro también de un tour que les ha llevado antes a Sevilla y les trasladará después a Granada. «No habíamos planeado nada antes de la pandemia, pero cuando acabó el confinamiento y pudimos pensar en viajar, decidimos arriesgarnos». Vitoria ha sido uno de los focos con más contagios de España.

Juanma y Maya, de Vitoria, en el museo de Medina Azahara.

De hecho, en la empresa de Juanma, tres empleados (de 120) se han contagiado. «El miedo está ahí y eso que no nos ha tocado de cerca ningún caso grave, pero el peligro está en todas partes, así que hay que salir pero tomando todas las precauciones posibles», afirman convencidos. En su paso por Córdoba, encontraron Medina Azahara cerrada y no dudaron en volver de Sevilla para visitarla. «Yo he venido antes, pero es la primera vez de Maya en Córdoba y quería visitarlo, vine hace 20 años y no quería pasar por Andalucía sin verlo otra vez». Seguro que la experiencia mereció la pena.