Un solo positivo de sangre real belga, localizado en Córdoba, tras acudir a una fiesta en la que «al parecer asistieron 26 personas» según la Junta de Andalucía, ha puesto bocabajo a la prensa del país centroeuropeo e incendiado las redes sociales en España, al confirmar la Casa Real de este país que el aristócrata que participó en Córdoba en una fiesta era nada menos que un sobrino del rey de Bélgica, el príncipe Joaquín, de 28 años, un joven analista financiero, hijo de la princesa Astrid y del archiduque Lorenzo de Austria-Este, al que la prensa rosa española le sigue el rastro desde que inició su relación con la cordobesa Victoria Ortiz. La voz de alarma la dio el distrito sanitario Córdoba, según reza en un informe de la Junta de Andalucía, tras detectar un caso de covid-19 positivo por PCR en una persona que había llegado a España desde Bélgica a Madrid en un avión el pasado 24 de mayo y que se trasladó hasta Córdoba después en AVE.

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Según detalla un informe de la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía, el príncipe en cuestión, que no habría cumplido la norma de permanecer en cuarentena 14 días como se establece para todos los ciudadanos que pisan tierra española procedentes de otros países, se reunió el día 26 con familiares y amigos en una residencia de Córdoba y al día siguiente presentó síntomas sospechosos de coronavirus, por lo que se le prescribió la prueba PCR el día 28 y este viernes se conoció el resultado positivo.

Acto seguido, las autoridades sanitarias elaboraron un informe y dieron la voz de alarma e intentaron contactar con las otras personas que compartieron evento para prescribir cuarentena a todos ellos. Fuentes de la Consejería de Salud y Familias confirmaron este sábado que ya habían logrado localizarlos a todos.

Tras recibir una comunicación de la Junta, la Subdelegación del Gobierno abrió una investigación para esclarecer si se cometieron irregularidades como superar el número de participantes en la reunión (15 como máximo en la fase 2 de la desescalada salvo que se trate de convivientes). La Policía Nacional investiga también cómo justificó el príncipe su traslado hasta Córdoba desde Madrid, ya que los movimientos entre provincias están prohibidos. Según la prensa belga, el aristócrata viajó a España justificando su presencia por una pasantía aunque se desconoce en qué ciudad la está realizando. Actualmente, según algunas fuentes, el príncipe Joaquín no tiene función oficial dentro de la familia real belga y sus desplazamientos corresponden a su vida privada.

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El informe de la Junta de Andalucía difiere de la versión de los asistentes al encuentro. Fuentes cercanas a la familia aseguraron a este periódico que en la reunión del día 26 no se incumplió ninguna norma puesto que en ningún momento se superaron las 15 personas en lo que califican como «reunión familiar».

La Subdelegación del Gobierno informó ayer de que había recibido de la Junta el listado de asistentes a la fiesta y que, en las próximas horas, se procedería a su identificación y a realizar los correspondientes atestados. Sobre el paradero del grupo, solo pudo confirmar que cinco supuestos participantes, residentes en Sevilla, fueron localizados ayer fuera de Córdoba.

Al igual que el Ayuntamiento de la ciudad, que pidió el viernes «máxima contundencia», la subdelegada del Gobierno, Rafaela Valenzuela, mostró ayer su «sorpresa e indignación» ante los hechos «en un momento de luto nacional» y valoró como «imperdonable» que un acto de «irresponsabilidad» pudiera ser causa de un rebrote en la provincia de Córdoba.