Que la pandemia lo ha cambiado todo no es una frase hecha. Qué pregunten al párroco de la Esperanza, en la zona de la Arruzafilla de Córdoba, quien lejos de amilanarse cuando nos confinaron a todos, decidió que si sus fieles no podían ir a la iglesia, él se la llevaría a sus hogares. En el canal de Youtube de la parroquia comenzó retransmitir las misas y logró en unos meses más de mil doscientos suscriptores que para sí quisiera más de un youtuber.

Leopoldo Rivero no fue el único sacerdote que durante el estado de alarma recurrió a la tecnología para mantener el contacto con sus fieles, pero es un buen ejemplo de hasta dónde se puede llegar. «Hemos retransmitido misas, oraciones por los difuntos cada semana y otros actos de culto, pero a primeros de julio ya hemos dejado los directos, conforme la situación se va normalizando», explica Rivero.

Ahora, con la nueva normalidad, como en otras parroquias cordobesas, en la Esperanza se tiene especial cuidado en el cumplimiento de las normas de seguridad e higiene. «El sacerdote tiene todos los vasos sagrados desinfectados y la comunión, por ejemplo, se da sin diálogo», señala.

Entre el público, es obligatorio guardar la distancia de seguridad y el uso de las mascarillas. Además, tras cada misa u otra celebración religiosa, la iglesia se desinfecta.

Donativos con Bizum

Con la nueva normalidad, en las misas también se suprimen los apretones de manos, abrazos o besos al llegar el momento de dar la paz, así como las colectas. Y en este último caso, de nuevo la tecnología acude al rescate. Cada vez es más habitual en algunas parroquias un cartel en algún lugar visible con el código de Bizum para donativos. ¿Que qué es eso se pregunta usted? Se trata de un sistema seguro por el que enviar y recibir dinero a través del móvil. La nueva normalidad.