El presidente de Hostecor, Francisco de la Torre, celebró ayer la decisión de la Junta de Andalucía de ampliar el aforo de las terrazas, que será del 100% de su capacidad para las localidades que se encuentren en nivel 3 y del 75% para quienes estén en el nivel 4.

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De la Torre recordó que esta medida ya había sido demandada por la Federación Andaluza de Empresarios de Hostelería (Horeca) y por la propia Hostecor que ha mantenido distintos encuentros con los alcaldes e la provincia para que transmitieran las peticiones del sector e «hicieran fuerza» en ese sentido, por lo que se mostró «agradecido por el apoyo recibido» y por la buena acogida por parte de la Junta de Andalucía, con quienes las conversaciones mantendidas «han sido beneficiosas a todas luces».

La medida supondrá un alivio para quienes tengan terrazas en sus establecimientos, a pesar de que muchas ya habían ampliado los metros cuadrados para colocar sus mesas gracias a un acuerdo con el Ayuntamiento de la ciudad.

No obstante, el presidente de Hostecor indicó que «nos hemos quedado con las ganas de la ampliación horaria», ya que muchos establecimientos de hostelería han optado por suprimir las cenas en sus bares y restaurantes por el toque de queda y por la obligatoriedad de cerrar los establecimientos a las 22:30.

Así, explicó que el 70% de los negocios de restauración en Córdoba ya no abren por la noche. «A los restaurantes que tenían servicio de comida y de cena les han quitado las cenas», puso de manifiesto.

Por lo que respecta a los que permanecen abiertos, informó de que han perdido un 40% de las cenas que servían antes del toque de queda, lo que ha supuesto una bajada de ingresos.

No obstante de la Torre confía en que «conforme se vaya viendo la evolución de la situación» de los contagios, la Junta «tenga en consideración, y siempre que los números así lo aconsejen», la posibilidad de retrasar el toque de queda a las 00.00 horas para poder ofrecer las cenas hasta las 23.00 horas. «Esa hora para nosotros es una vida», añadió, porque los clientes, en vez de entrar «a las ocho de la tarde» podrían hacerlo «tranquilamente a las nueve y tener un par de horas para cenar» con tiempo suficiente para llegar a sus domicilios cuando comience el toque de queda.

Por otra parte el presidente de Hostecor recodó que «a día de hoy las reservas las han cancelado todas, sobre todo en el puente por los cierres perimetrales.» Por ello consideró que «mucho tiene que cambiar la situación para que noviembre lo podamos salvar con las comidas y las familia y de empresa» porque «lo máximo que tenemos son mesas de seis y las empresas no barajan esos números».

Con todo De la Torre destacó que «este año el 2020 está prácticamente liquidado» con unos números que reflejan una bajada de la facturación del 60% respecto del pasado año.

Un ‘Halloween ‘ sin fiesta en la calle

‘Halloween’ es una celebración transatlántica que llegó hace años para quedarse, una forma de celebrar el Día de Todos los Santos que a fuerza de verlo tantas veces en las películas anglosajonas entró de lleno a formar parte de nuestra cultura. aunque tenga sus detractores, hasta el comienzo de la pandemia del coronavirus era una de las citas ineludibles en el ocio nocturno, hoy inexistente.

Raúl Gómez es el encargado de Góngora Gran Café y como todos sus compañeros, alrededor de 30, está aún en ERTE. Recuerda que «Hallowen ha sido siempre la mejor fiesta que ha tenido la discoteca, más si cabe que las de Navidad». Pero este año no habrá celebración por el cierre de los locales e ocio nocturno, una medida que considera «un despropósito tremendo» por las pérdidas que ha provocado en los empresarios del sector.Afrontan el futuro «esperándolas venir» e «intentando aguantar lo que se pueda», a pesar de que a estas alturas «la empresa no tira más».

Juan Bautista es uno de los responsables de almacenes Moyano, que tiene en la venta de disfraces una de sus líneas de negocio. La cita de ‘Hallowween’ era una de las señaladas en el calendario pero este año han vendido un 20% de los disfraces que salieron a la calle el año anterior. Su nicho de mercado han sido de disfraces de niños, los que se vayan a disfrazar en casa o en sus respectivos colegios. Han perdido a los clientes de «las fiestas que se hacían antes en el ocio nocturno», porque «han desaparecido». No obstante Juan Bautista no pierde la ilusión y confía en que cuando todo acabe «la gente va a salir con muchas ganas de celebrar».