El Gobierno quería que la prórroga del estado de alarma en España, un régimen excepcional que lleva en vigor desde el pasado 14 de marzo para garantizar el aislamiento social en la lucha contra el coronavirus, acabara el 27 de junio. Pero las dudas de sus socios han provocado que tenga que cambiar la fecha límite. A primera hora de la tarde, el Ejecutivo y Cs han sellado un nuevo pacto por el que la prórroga será de solo 15 días, como las anteriores a cambio del apoyo de los 10 diputados naranjas. La alarma, por tanto, acabará el 7 de junio a las 00.00 horas.

Con este acuerdo, Pedro Sánchez tiene prácticamente asegurado que la prórroga saldrá adelante el miércoles en el Congreso. Con los votos del PSOE, Podemos, naranjas y minoritarios (Más País, Teruel Existe, Coalición Canaria y Compromís) sería suficiente, siempre que el PNV se abstenga. Pero las negociaciones con los nacionalistas vascos continúan para lograr que vuelvan a apoyar, al tiempo que el Gobierno intenta que ERC pase del rechazo a la abstención. Este último movimiento se antoja más complicado, debido a los vetos entre naranjas y republicanos. Acercar a unos supone alejar a otros.

"El Gobierno y Cs coinciden en que continúa siendo necesario prorrogar un mecanismo constitucional del estado de alarma para afrontar esta pandemia y que debe prolongarse solo por el tiempo estrictamente necesario. En este sentido, pactan que la prórroga del estado de alarma debe prolongarse 15 días, tal y como ha venido realizándose hasta ahora", ha informado la Moncloa.

El comunicado no deja claro si esta será el último periodo de estado de alarma o habrá más, aunque sí explica que el Ejecutivo contempla que no haya más prórrogas. "Durante esos 15 días, el Gobierno se compromete a analizar las medidas y, en su caso, reformas legislativas necesarias que permitan una salida ordenada del estado de alarma y la gestión de la pandemia en ese momento, ya sin la utilización de la herramienta constitucional de la declaración de alarma. En esos mismos 15 días, el Gobierno comunicará a Cs las primeras conclusiones de su análisis con el objetivo de dialogar y, si es posible, consensuar las medidas y reformas legislativas necesarias", continúa el texto, que también se compromete a agilizar el pago de prestaciones por ertes o desempleo para que todas los afectados puedan cobrarlas antes de junio, así como a ampliar un mes más la moratoria de impuestos (IVA, IRPF, Sociedades) a los contribuyentes afectados por el impacto negativo del coronavirus.

La versión que Cs ha ofrecido del acuerdo es similar, pero con una diferencia importante. Los liberales aseguran que Sánchez se ha comprometido a no reactivar la mesa de negociación entre el Gobierno y la Generalitat, el instrumento que el líder del PSOE pactó con ERC a cambio de su abstención en la reciente investidura. "Gracias al papel de Cs, no se va a producir ninguna mesa de negociación con ERC ni los separatistas para dinamitar la igualdad entre españoles", señalan los naranjas en su propio comunicado.

La confianza

En la Moncloa, en todo caso, siempre han dado por hecho que la prórroga saldría adelante. No tanto por la capacidad de persuasión de Pedro Sánchez, ni por la voluntad de estos grupos de mantener las medidas excepcionales, que otorgan al Gobierno amplios márgenes de actuación en las autonomías, al disponer de un mando único en las actuaciones sanitarias frente al covid-19. El motivo fundamental es que la alternativa, subrayan en la coalición del PSOE y Unidas Podemos, sería el "caos". Cada autonomía podría tomar sus propias decisiones, sin tener capacidad para impedir, por ejemplo, que haya desplazamientos de una comunidad a otra. "Sería mucho más probable que hubiera rebrotes", sostienen en el Gobierno.

Aun así, el Ejecutivo no quería jugárselo todo a la carta del caos. Ha ido tentando a republicanos, naranjas y nacionalistas vascos (todos ostentan poder autonómico) con modular la fecha de la prórroga y dar más poder de decisión a los territorios, que podrían dejar atrás el estado de alarma antes que otros si cumplen con determinados requisitos de desescalada. "Será radicalmente diferente", prometió el lunes la vicepresidenta primera, Carmen Calvo.

El borrador

La Constitución no establece ningún límite temporal para el estado de alarma. Solo fija una duración máxima en 15 días en el primer periodo, que no necesita el respaldo del Congreso. A partir de ahí, las prórrogas pueden extenderse tanto como plantee el Gobierno, siempre que obtenga el visto bueno de la Cámara baja. Hasta ahora, el Ejecutivo había pedido ampliaciones de 15 días. Sánchez argumentaba que eso permitía un mayor control parlamentario. Esta vez, en la quinta prórroga, el presidente desechó ese criterio y apostó en un principio (antes del pacto con Cs) por una extensión de algo más de un mes (el actual periodo acaba el 24 de mayo), para que con esta última autorización del Congreso la alarma pueda llegar hasta el inicio de la llamada "nueva normalidad". Ni ERC, ni Cs, ni el PNV veían con buenos ojos una duración tan amplia.

Según el borrador del decreto, la pretensión del Gobierno era que el estado de alarma concluyese a las 00.00 horas del 27 de junio. El texto, adelantado por la Cadena Ser, establece que el Ejecutivo podrá modificar, ampliar o restingir con cada comunidad las unidades de actuación y las limitaciones de circulación "con el fin de adaptarlas mejor a la evolución de la emergencia sanitaria en cada autonomía". Y si hay acuerdo, continúa el borrador del decreto, las "medidas serán aplicadas por quien ostente la presidencia de la comunidad autónoma, como representante ordinario del Estado en el territorio".

Cogobernanza insuficiente

La medida supone un avance en lo que el Gobierno denomina la "cogobernanza", pero de momento no es suficiente para que ERC pase a la abstención, abandonando el bloque del 'no' (formado entre otros por Vox y JxCat), que esta vez se verá ampliado por los 88 diputados del PP, que ya ha anunciado que votará en contra. "Facilitar la información para que otro decida no es cogobernanza. Ahora no estamos decidiendo conjuntamente", ha dicho esta mañana en TV-3 el 'vicepresident' de la Generalitat y coordinador nacional de los republicanos, Pere Aragonès. "Una única autoridad mandando sobre todo no es la solución. Mientras continúe la recentralización, ERC no puede apoyar", ha añadido.

Más conciliador se ha mostrado el PNV, dando a entender que habrá nueva prórroga. Su presidente, Andoni Ortuzar, ha señalado en Onda Vasca que espera que el último estado de alarma sea "de perfil bajo", para que tenga "el menor efecto posible" en el "retorno a la normalidad política e institucional". Si los nacionalistas vascos vuelven a apoyar y Cs se abstiene, al Gobierno podría bastarle incluso si ERC vota otra vez en contra, siempre que la prórroga sea respaldada, como ha venido ocurriendo hasta ahora, por los minoritarios de Más País, Compromís, Coalición Canaria y Teruel Existe.