A la espera de poder volver a ofrecer en Caballerizas Reales el espectáculo de equitación del que tantos espectadores han disfrutado, sus protagonistas, los caballos que conectan la historia y la tradición ecuestre de Córdoba, están siendo cuidados con mimo durante este obligado paréntesis. La actividad en Caballerizas paró el 12 de marzo, y con ello toda fuente de ingresos, que principalmente llegan de la visita de los turistas al espectáculo ecuestre, y ahora la única labor que se lleva a cabo en el recinto es la preservación, mantenimiento y cuidado de los caballos que lo llevan a escena.

«Ahora contamos con menos recursos humanos para este trabajo», señala Javier Gómez, gerente de Córdoba Ecuestre y uno de los pocos empleados que aún traspasa las cuadras de Caballerizas. «Lo fundamental para nosotros es la salud de los caballos y su mantenimiento físico, ya que estamos hablando de atletas que están acostumbrados a un nivel de ejercicio y actividad muy intensa», continúa Gómez, que asegura que se intenta mantener la misma rutina de antes del confinamiento al que nos ha llevado la crisis sanitaria del coronavirus.

Tras limpiar las cuadras, se les da de comer a los animales y, después de su reposo, se montan o trabajan con la cuerda para mantener su estado físico. Hablamos de un total de 40 caballos, que comparten esta actividad con otros 12 de la Policía Local, que también se cuidan en Caballerizas. Y todo ello con una pequeña parte de la plantilla habitual, que se ha tenido que someter a un ERTE. «Antes de esta situación trabajábamos 25 personas y ahora estamos solo seis», lo que no va a influir en el mantenimiento de los caballos, ya que los servicios a los que afecta esta regulación de empleo son, sobre todo, a los administrativos y comerciales.

«Ahora, centramos todos los esfuerzos en el cuidado de los animales», continúa Gómez, que señala que están en contacto permanente con la Federación de Hípica Española para ser aconsejados y estar bajo su tutela en cuanto a las normas que se puedan dictar. Sobre el abastecimiento, el gerente de Córdoba Ecuestre asegura que, ante la situación que se venía encima, se hizo un buen acopio de paja, alfalfa, hilo y productos de limpieza.

Gómez espera que esta situación no afecte a los animales, ya que, escenifiquen o no el espectáculo, siempre se han ejercitado y si «mantenemos este número de personas trabajando es para que no se altere su estado físico, lo que se está consiguiendo», por lo que estarán debidamente preparados cuando vuelvan a representar el montaje ecuestre, que se viene desarrollando durante todo el año de miércoles a sábado. En cuanto al futuro, tanto del espectáculo como de la propia actividad de Caballerizas, «la situación es complicada», continúa Gómez, que considera que lo primero es acabar con el problema sanitario, y después «afrontaremos la situación con la crudeza que requiere». El gerente de Córdoba Ecuestre manifiesta que tiene todo el ánimo y las ganas del mundo de recuperar la normalidad, lo que «no quita que tengamos los pies en el suelo y sepamos que nuestra actividad será de las últimas que se incorpore a la vida normal de las personas», ya que los espectáculos públicos «tendrán un desarrollo en el que incidirá la propia evolución de la enfermedad y su control», concluye Gómez.