La muerte de Julio Anguita, y en concreto la concentración que tuvo lugar en la puerta del Ayuntamiento de Córdoba el pasado domingo cuando los restos del ex alcalde eran trasladados al cementerio, ha sido utilizada por Vox y el PP para cuestionar la gestión que el Gobierno de España está realizando de la crisis del coronavirus crisis del coronavirusen la sesión plenaria que acoge el Congreso de los Diputados en el día de hoy, y en la que Pedro Sánchez solicitará una prórroga del Estado de Alarma.

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El líder de los populares, Pablo Casado, fue el primero en utilizar este argumento en su intervención inicial. Casado, que minutos después calificaría de “aberración jurídica” la propuesta del Gobierno de prorrogar el Estado de Alarma condenó los escraches “sean a quien sean y donde sean”, censuró “la hipocresía de los que nos los hacían a los demás y ahora los sufren” y, sin mencionar a Anguita literalmente, añadió que “los que hemos perdido un familiar estos días no hemos podido despedirles, pero ayer se permitió un funeral multitudinario en Córdoba del líder de IU”.

Cabe recordar que el funeral por los restos de Julio Anguita no llegó a celebrarse el domingo, el acto se redujo a una capilla ardiente en el salón de plenos del Ayuntamiento de Córdoba cerrada al público general y limitada a cargos institucionales y a la familia de ex coordinador federal de IU. El acto que tuvo lugar en la puerta del Ayuntamiento, una despedida al que fue primer alcalde de la democracia en Córdoba tras el Franquismo, contó con la presencia de los representantes de todos los grupos municipales, también del alcalde José María Bellido (PP). El ayuntamiento e IU habían pedido durante el día que los cordobeses no acudieran a este acto, para cumplir lo establecido en el decreto de Estado de Alarma. No obstante, la concentración que se produjo a la salida del féretro estuvo conformada por unos cientos de ciudadanos y aunque inicialmente los asistentes pretendieron mantener la distancia de seguridad interpersonal, esa norma no se cumplió una vez que salió el féretro cuando algunos cordobeses decidieron acompañar al vehículo durante unos centenares de metros.

El líder de Vox, Santiago Abascal, tomó el relevó de Casado en ese argumento. Dijo aprovechar el pleno para “trasladar el pésame a los familiares y amigos del señor Anguita, me alegro de que hayan podido despedirle y acompañarle en sus últimos momentos, me hubiera gustado que lo hicieran con algunas más medidas de seguridad, pero no importa, me alegro”, dijo. Abascal añadió que también “nos enfurece que cientos de miles de nuestros compatriotas no hayan podido acompañar a sus familiares y seres queridos en los últimos momentos de su vida, o en su funeral, porque ustedes se lo han prohibido y porque ustedes se lo siguen prohibiendo. ¿O es que hay que tener carnet comunista para poder despedir a nuestros familiares muertos?”, se preguntó retóricamente el líder de la ultraderecha.

Algo después, Gabriel Rufián, líder de ERC, en el primer minuto de su intervención afeó a Casado y Abascal que hubieran “utilizado a los muertos para atacar el entierro de Julio Anguita”. “De cuantas miserias y son muchas las que han dicho en este hemiciclo, esta es la peor, tienen suerte de que no esté Julio Anguita aquí para responderles, tienen muchísima suerte”. Antes de dar por erradicado lo que denominó como “el espíritu de la investidura” dirigió un mensaje más hacia las bancadas populares y de Vox: “lo único que les puedo decir es que se laven la boca, antes de hablar de Julio Anguita”.