-¿Qué ha cambiado en el panorama laboral desde el estallido de la crisis? ¿Qué han visto desde las oficinas del SEPE?

-Ha sido una avalancha para quienes aprobamos prestaciones por desempleo. Muchísimas personas han perdido su empleo, no solo mediante un ERTE. La mayoría de empresas simplemente han despedido o han puesto fin a contratos temporales. A eso se une que algunos anuncios hechos por el Gobierno han podido generar expectativas y la gente ha pensado que tenía derecho a alguna ayuda, por lo tanto se nos han acumulado muchísimas solicitudes.

-Eso ha ocurrido pese a que se supone que las empresas no podían despedir por el covid-19.

-Se supone, pero no sabemos si se llevará a cabo algún control de la Inspección de Trabajo para revisar esos despidos. La fórmula del ERTE buscaba evitar que se perdieran tantos puestos de trabajo.

-¿Cree que las administraciones generan expectativas que luego no se cumplen?

-A veces pasa. Si hubiésemos seguido trabajando de cara al público podríamos haber explicado a la gente la normativa, pero el hecho de que se hayan tenido que hacer por internet ha supuesto que algunos han rellenado las presolicitudes pensando que tenían derecho a algo. Cuando reciben la carta o se les llama para decirles que no tienen derecho a nada…. Además eso ha ralentizado el trabajo. En oficina hubiera sido más cómodo y humano.

-¿Cómo habéis solventado la avalancha de trabajo?

-Hemos trabajado 9 horas diarias, incluidos festivos y sábados. Lo hemos hecho por ayudar al ciudadano, para que el mayor número pudieran tener un ingreso.

-¿Se ha encontrado con muchos dramas estos días?

-¡Uf! Sí, ha habido muchas personas que se han quedado sin ningún ingreso y no han recibido ayudas porque no estaban trabajando regularmente. En realidad, las únicas novedades en materia de ayudas están aún por desarrollarse (para empleadas de hogar y personas que hayan trabajado al menos dos meses), las clásicas siguen igual con algunos beneficios. La diferencia de esta crisis es que ha habido muchísimas personas que se han quedado sin trabajo al mismo tiempo.

-En los Ertes se han detectado algunos fallos y hay trabajadores que no han cobrado aún.

-No es fácil. El problema ha sido que se ha intentado agilizar con el uso de archivos Excel que debía entregar las empresas con datos de la plantilla, pero que han dado problemas porque en algunos casos no se han enviado bien. Por parte del SEPE hay que entender que ha sido un embudo por el que han entrado muchísimos expedientes. No ha sido suficiente pese a haberse contratado interinos. Igual que en la sanidad, llevamos años de recortes y una plantilla reducida a la mitad es la que ha tenido que afrontar una carga de trabajo cinco veces superior a la media. Imposible que pueda abarcarlo todo.

-Para que la gente cobrara antes en los Ertes también se ha relegado al volcado de datos más precisos, con respecto por ejemplo al número de hijos.

-Se ha primado que se pague algo a pagar exactamente lo que es. Para que nos hagamos una idea, un trabajador sin hijos a jornada completa que queda en suspensión cobrará 1.098 euros; el siguiente tramo, con un hijo a cargo es de 1.200 euros; con dos hijos o más, 1.400 euros. Esa diferencia de ciento y pico de euros es lo que se ha retrasado y solo en los casos de cotización muy alta, si no, que es la mayoría de los casos, no les afecta el tener hijos. Después de oficio se hará una revisión.

-Cuando se verá la verdadera dimensión de la crisis será cuando se vuelva a la actividad y se levanten esos Ertes...

-Si la desescalada hace que los de ERTE de suspensión pasen a otro de reducción de jornada vamos a tener que volver a revisar todos esos expedientes.

-Os quedan meses animados.

-Entiendo la situación del desempleado, pero por nuestra parte, la de los trabajadores del SEPE, no hemos podido hacer más. Ha sido una situación devastadora y seguiremos estando aquí haciendo todo lo posible para que la gente cobre. No nos hemos jugado la vida como los sanitarios pero también estamos intentando ayudar a que el país salga adelante.