La «nueva normalidad», aunque amenazada ahora por los brotes de la pandemia del coronavirus, ha coincidido en numerosos municipios de la provincia con un afán renovador de determinados servicios públicos, afán que se ha dejado ver especialmente en lo relativo a la recogida de residuos urbanos, y al reciclaje inertes, vidrio y papel. También se están dando pasos relevantes en la adaptación de las instalaciones del alumbrado público a la tecnología led, que supone inversiones iniciales importantes, pero asegura un menor consumo de energía eléctrica y un significativo ahorro en las facturas.

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Algunos de estos proyectos se llevarán a cabo a través de programas europeos que financian gran parte de la inversión, la mayoría gestionados por la Diputación de Córdoba, mientras que la renovación de contenedores de basura e instalación de nuevos puntos de recogida se implementa a través de convenios de los ayuntamientos con la empresa pública Epremasa, también de la Diputación.

Las acciones más numerosas se están llevando a cabo en el terreno de los residuos urbanos. Así, al terminar el confinamiento impuesto por la pandemia del coronavirus, el presidente de esta empresa pública, Francisco Palomares, ofreció datos sobre el incremento de los residuos domésticos recogidos en la provincia durante el estado de alarma: 45.196 toneladas, un incremento del 2% respecto del mismo periodo del año anterior y una generación de 1,2 kilos de basura diarios por cada cordobés. La mejora de los procesos de recogida, selección, tratamiento y reciclaje es clave para la salud pública y el medio ambiente.

La inversión más significativa es la realizada en el Complejo Medioambiental de Montalbán, donde se han invertido 5,2 millones de euros en la renovación de unas instalaciones que reciben unas 200.000 toneladas de residuos cada año, procedentes de municipios de la provincia que suman 459.532 habitantes. Allí está la planta de recuperación de materiales reciclables, fundamentalmente plásticos, metálicos y papel procedentes de la recogida selectiva (del vidrio se ocupa Ecovidrio), e igualmente la que trata los residuos orgánicos e incluye túneles de compostaje.

Pero también se han reactivado numerosas iniciativas tendentes a mejorar la dotación dde los pueblos de la provincia. Entre junio y julio, Epremasa ha firmado acuerdos tanto con grandes como con pequeños ayuntamientos. Destacan acciones específicas, como la instalación, ya efectiva, de 600 contenedores para las empresas ubicadas en los polígonos industriales de Lucena, acción que se extenderá a otras 12 localidades entre este año y el 2021.

O el acuerdo alcanzado con el Ayuntamiento de Baena para renovar todos los contenedores y soterrar los puntos de recogida de basura del casco histórico y de la aldea de Albendín. La primera inversión, de 800.000 euros, la asume Epremasa. Para la segunda, de 600.000 euros, adelanta el dinero y el Ayuntamiento baenense irá abonando esta cantidad a lo largo de ocho años. Otro paso interesante se ha producido en Luque, donde el convenio con el municipio supone incrementar la frecuencia de la recogida de basura orgánica de cinco a sieta días a la semana. También el alcanzado en Cabra, donde se regula la recogida selectiva de papel-cartón y vidrio y se acuerda la retirada de los desechos dos días a la semana.