Conocer de cerca no solo la importancia que un museo tiene para los habitantes de una ciudad sino la de todo su patrimonio histórico, artístico y arqueológico, es el objetivo que tiene, como desde hace seis veranos, el taller que el Ayuntamiento de Cabra realiza a través de su Área de Cultura y Patrimonio.

En la presente edición, la sexta, unos 200 niños de 5 a 13 años tienen cada mañana, de lunes a viernes, que conocer cuál es el funcionamiento interno del Museo Arqueológico Municipal, como expresaba a este periódico la historiadora Marisol Maíz, responsable de Fíbula Didáctica del Patrimonio, entidad que imparte el taller Laboratorio de investigadores, enmarcado en el programa sexto Verano en el Museo.

«Nos hemos centrado en las labores de conservación, restauración, divulgación e investigación, siempre en la línea que venimos realizando de participación y juego para el aprendizaje», explicaba Maíz, indicando que las actividades para trabajar cada bloque son la visita a la «sala del conservador», donde se buscan recursos como barreras físicas, termohigrógrafos, desecantes o luces frías, entre otros.

El aprendizaje no está reñido con la diversión y con los fines también divulgativos, donde los pequeños eligen una pieza de la colección expuesta en el Museo para realizar un cartel explicativo adaptado al público infantil y con el que «te aseguro que me están sorprendiendo, ya que algunas propuestas superan a la cartela oficial».

Todo ello, sin olvidar la observación de los mosaicos del yacimiento romano de la Villa del Mitra, para realizar con teselas de piedra y yeso un mosaico inspirado en uno geométrico de los que se encuentran en el Museo Villa del Mitra, cuyas esculturas -copia del dios Mitra y los originales de Dyonisos, Eros dormido y Niño con liebre- sirven para adentrar a los niños, recostados en los triclinium de la recreación del Mitreo, en el origen de la mitología griega y el significado de los mosaicos centrales, aderezado con un juego a base de ilustraciones para descubrir la salida de laberintos mitológicos como el del Minotauro o la restauración y recreación de piezas cerámicas.

En esta edición el taller, al igual que toda actividad, se ha visto condicionado por la pandemia del coronavirus. Para ello, se sigue el protocolo sanitario con el uso, entre otras medidas, de mascarillas, desinfectante de manos y zapatos, distanciamiento social y medición de la temperatura corporal.

Sin duda, un verano muy especial para los pequeños, en el que no olvidarán la historia de su pueblo.