Tras la vendimia de las variedades sauvignon blanc, moscatel y chardonnay -ideales para la elaboración de vinos blancos jóvenes sin crianza- y la cosecha de tintas -amparadas por el indicativo Vinos de la Tierra de Córdoba-, el marco Montilla-Moriles se afana ya, y de manera prácticamente generalizada en los viñedos de toda la Denominación de Origen Protegida (DOP), en la recolección de la uva Pedro Ximénez, la variedad autóctona de la zona vitivinícola cordobesa.

Tal y como destacó ayer Asaja-Córdoba, este año se espera una merma de producción con respecto a la campaña anterior del 30 al 40 por ciento «debido fundamentalmente a la falta de lluvia, a una escasa floración y a las temperaturas actuales», con un incremento del mercurio que afecta negativamente al desarrollo final de la uva en las cepas. De este modo, si el pasado año se cerró la vendimia con un aforo de 45 millones de kilos, las previsiones de cosecha de Asaja sitúan el balance en unos 28 millones, cifra que, de cumplirse, situaría la campaña 2019 entre las más bajas de la última década.

En lo que respecta a los precios, Asaja-Córdoba confirmó que las cooperativas están liquidando el kilo de uva de la campaña anterior a un precio medio de 0,36 euros, algo inferior al precio que ofrecieron las bodegas.