El marco Montilla-Moriles ha dado por finalizada la vendimia 2018 con un aforo final de 44 millones de kilos de uva blanca, una producción que representa un incremento del 30 por ciento con respecto a la cosecha registrada el pasado año. Así lo dio a conocer ayer la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja-Córdoba), que destacó que la calidad del fruto recolectado durante esta campaña ha sido «excelente» pese a las inclemencias meteorológicas que se han dejado notar en la comarca vitivinícola.

Como viene siendo habitual en los últimos años, la recolección mecánica de las primeras variedades de uva blanca, ideales para la elaboración de vinos jóvenes sin crianza, volvió a marcar el pasado 8 de agosto el inicio de la vendimia en Montilla-Moriles, la más temprana de la Europa continental. El pasado año, la vendimia arrancó el 19 de julio, con dos semanas de adelanto con respecto al inicio de la recolección del 2016, que comenzó el 3 de agosto.

En esta campaña, la tardía maduración de la uva tras una primavera muy lluviosa y un mes de julio anormalmente fresco propiciaron que la recolección de la uva se desarrollara, como es tradicional en el marco Montilla-Moriles, entre los meses de agosto y septiembre.

En lo que respecta a las variedades de uva tinta, la producción ha sido este año «similar a la campaña anterior», en torno a los 3,5 millones de kilos de uva, una cantidad que Asaja-Córdoba calificó ayer de «baja» debido fundamentalmente al arranque de estas variedades en la zona.