Una plataforma vecinal creada en Santa Eufemia ha mostrado su malestar con las restricciones establecidas por los agentes de Medio Ambiente, lo que consideran que «va en contra de la población rural, que tanto dicen defender las administraciones».

En un escrito dirigido a la delegada de Medio Ambiente de la Junta, aseguran que a un vecino se le ha abierto expediente sancionador por haber plantado 40 olivos; otro, que lleva dos años de pleitos con Medio Ambiente, tendría que «arrancar» dos hectáreas de olivar y otro que impulsa un proyecto de granja de gallinas ecológicas no ha recibido permiso para plantar olivos con los que generar sombra y en su lugar le han aconsejado que plante olmos.

Los vecinos, que acompañan su escrito con firmas de adhesión y que cuentan con el apoyo del Ayuntamiento, señalan que estas medidas generan un efecto disuasorio ya que «varios jóvenes querían plantar pistachos, almendros, espárragos o también olivos y han tenido que desistir de ello».

Además, describen la negativa a que un pastor pusiera en marcha una pequeña casa para protegerse de las inclemencias.

La delegada territorial de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, Araceli Cabello, ha mostrado su sorpresa por esa mala relación con los agentes de Medio Ambiente «y que no se nos haya comunicado antes, porque no teníamos información de lo que se recoge en el escrito, ni tampoco se nos ha comunicado por el coordinador de Medio Ambiente».

La delegada ha recordado que «nos hemos encontrado con un marco normativo y con una clasificación de la zona ya determinada», aunque han flexibilizado y reducido los trámites, asegura.

Araceli Cabello subraya la defensa de la población rural del actual Gobierno de la Junta y se ha mostrado «dispuesta a escuchar a la plataforma para que nos expongan la problemática y ver posibles soluciones, por lo que cuando quieran nos reunimos».

Los vecinos alertan de que Santa Eufemia es uno de los pueblos de la zona con más terreno protegido y uno de los que más población ha perdido en los últimos cinco años y se muestran orgullosos de su paisaje y de sus especies «que están aquí por el hábitat que les hemos proporcionado». Estas situaciones, según señalan, provocan que todos los jóvenes se tengan que marchar.