Hacía tiempo que los investigadores de la Universidad de Córdoba, los arqueólogos que trabajan en el yacimiento de Torreparedones, sospechaban que el anfiteatro estaba en uno de los extremos de la ciudad romana, pero ahora ya se ha confirmado. Y sin necesidad de excavar.

La demostración del hallazgo ha sido posible, según informó ayer el profesor Antonio Monterroso gracias a un estudio geomagnético, realizado en colaboración con el Instituto Andaluz de Geofísica de la Universidad de Granada, que ha confirmado el lugar exacto donde se encuentra el anfiteatro romano. Tras una intensa búsqueda en los datos disponibles del Instituto Geográfico Nacional de España, que ha fotografiado toda la península con vuelos Lidar (Laser Imaging Detection and Ranging), Monterroso advirtió que en el entorno del yacimiento de Torreparedones existía una mancha en forma de óvalo que cumplía todos los requisitos para ser el lugar en cuestión. Una de las fotografías, de la primavera del 2009, mostraba, según explicó Monterroso, las líneas de demarcación del anfiteatro. La prospección geomagnética realizada por el Instituto Andaluz de Geofísica de la Universidad de Granada por encargo del Ayuntamiento de Castro del Río han confirmado el hallazgo de la UCO, cuyas conclusiones ya han sido publicadas en la revista científica Mediterranean Archaelogy and Archaometry. Según Monterroso, que encuentra similitudes entre la fisonomía de este anfiteatro y el de Segóbriga, tiene unas dimensiones de 70 metros de eje mayor y 62 de eje menor.

La presentación del descubrimiento contó con la presencia del rector de la UCO, José Carlos Gómez Villamandos, además del alcalde de Castro del Río, José Luis Caravaca, y la segunda teniente alcalde de Baena, Lola Mata. A partir de este hallazgo, situado en la localidad castrense, ambos municipios parecen condenados a entenderse, ya que deberán compartir el protagonismo, la puesta en valor, la inversión y el esfuerzo de difusión del yacimiento, que durante años ha liderado Baena.

Los terrenos donde se ha localizado el anfiteatro, que podría fecharse en torno al siglo II D.C, según Monterroso, son propiedad de un particular, Carlos León, que según José Luis Caravaca, ha mostrado su disposición a colaborar y con quien «se ha abierto un proceso de diálogo» ante una posible expropiación. De momento, no hay fecha para el inicio de las excavaciones del anfiteatro, del que ya existe una recreación en 3D.

Gómez Villamandos, por su parte, subrayó la contribución de la Universidad a avanzar hacia un nuevo modelo económico basado en el conocimiento.