Tras el sobresalto de la tarde del miércoles, la residencia de ancianos de la Fundación Mármol, en Priego, recuperaba ayer la normalidad tras la explosión por acumulación de gases que se producía en el sótano del edificio durante los trabajos de aislamiento de la zona donde se ubicaba la antigua caldera. Aún así, hay que aclarar los motivos del suceso, por lo que ayer mismo dos inspectores de trabajo en compañía de efectivos de la Guardia Civil comenzaron los informes preliminares y la toma de muestras del lugar en el que se había producido la explosión para la investigación que determinará la causa del suceso.

La deflagración provocó heridas de consideración a uno de los dos operarios que se encontraban en ese momento realizando los trabajos, siendo trasladado en helicóptero hasta el hospital Virgen del Rocío de Sevilla, donde permanece ingresado en la unidad de quemados, siendo su estado grave.

La explosión provocó igualmente el desalojo de los residentes, que permanecieron primero en el anexo compás de San Francisco y posteriormente en el templo franciscano, hasta que a primera hora de la noche y tras comprobarse por bomberos y técnicos el estado del edificio, regresaron al mismo.

La entidad que gestiona la residencia es una fundación benéfica presidida por el párroco de Nuestra Señora de la Asunción, por lo que a primera hora de la mañana de ayer, el Obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, visitaba a los residentes y empleados del centro, interesándose por su estado. En compañía del director del centro y de representantes de la fundación, Demetrio Fernández visitó la zona en la que se produjo la deflagración, que junto al herido de gravedad, ha provocado daños de consideración en la capilla de la residencia, cuya limpieza comenzará en breve.