Unas treinta mujeres han decidido este año apuntarse al primer taller de redoble organizado desde la delegación de Igualdad. Con este objetivo se dan cita de lunes a jueves y sábados en el taller al que llegan con sus arreos, tambor, baquetas y tahalí, dispuestas a aprender en unos casos y a perfeccionar en otros el difícil arte del redoble.

Rocío Gutiérrez es la experta encargada del taller, comenta que no hay que tener ningún nivel para participar, «algunas sabían algo y refrescando un poco la memoria lo han cogido rápido, otras van a necesitar más tiempo para aprender algunos toques, pero bien». No es necesario tener ningún nivel, «en algunos casos hay que empezar por aprender a coger las baquetas». El taller estará funcionando hasta el 1 de abril y aprenderán toque de calle, de procesión, redoble, incluido el toque de romanos «porque como tienen mucho redoble y así se sueltan más los brazos».

Sobre el por qué un taller para mujeres, explica que el que existe es para niños hasta los 14 años. Por eso pidieron un taller para ellas, además el horario está pensado para que puedan acudir tras su jornada laboral, de 7 a 8. Rocío afirma que no hay diferencia entre un hombre y una mujer a la hora de tocar, «puede haber más fuerza o menos pero se hace brazo con la práctica». Es importante tener oído, «no olvidemos que lo que hacemos es música aunque no tengamos partitura». Añade que se aprende más rápido escuchando y viendo a los demás, «cómo se mueven las manos y las baquetas». Algunas de las alumnas pertenecen a las cuadrillas de judío, de la cola blanca y de la cola negra, y para ellas uno de los objetivos es poder redoblar a las imágenes en las procesiones.

Rocío lleva 36 años tocando el tambor y recuerda que «al principio no querían aceptarme como hermana de la cuadrilla», aunque ahora se ha normalizado. No descarta que el próximo año, como hay muchos hombres interesados, se convierta en taller de redoble para adultos. Mientras, este viernes muchas de sus alumnas mostrarán durante el miserere sus avances.