La buena cosecha de bellota en la dehesa de Los Pedroches contrasta con el campo seco, con muchos pozos agotados y en unas fechas claves para el inicio de la montanera, el periodo de engorde de los cerdos, que tienen que duplicar su peso antes de ir al matadero.

Los cerdos se alimentan de bellota y de hierba, con la que se refrescan, pero no hay hierba porque no ha llovido.

Pedro y Francisco Rubio -padre e hijo-, ganaderos de Pozoblanco, destacan que la bellota «tiene que medrar con la lluvia para coger los azúcares y almidones», pero al no haber llovido la bellota se está cayendo y además, «estando el terreno duro, a los animales les costará más moverse». Alertan también de que los cochinos, «sin hierba, comerán menos bellota».

Pegados día a día al terreno comprueban cómo hasta las encinas se están secando. A ello se une la falta de agua para abastecer al ganado.

Rafael Muñoz, también ganadero en Los Pedroches, dice que la situación es «muy grave» y destaca que si sigue sin llover de forma abundante en 15 días «la cosecha de bellota y de aceituna habrá mermado un 50 por ciento». Muñoz comenta que «llevamos cuatro años sin ver correr los arroyos». Este ganadero insiste en que «las encinas están en situación límite, con síntomas ya de secarse y nos jugamos en esta comarca mucho si la montanera falla». Relata que «las bellotas habían aguantado bien el verano y había cantidad y calidad pero al no haber llovido «hay una total incertidumbre porque se necesitan con urgencia 30 o 50 litros».

Francisco Rubio manifiesta que la Administración tiene que tomarse en serio la falta de agua «y se está perdiendo un tiempo precioso hablando de traer el agua de la presa de La Colada, pero aún no hay nada».

En el mismo sentido se pronuncia Juan Francisco Sánchez, presidente de la asociación de vacuno de leche de Dos Torres, que señala que la zona más afectada es la de Pozoblanco y Pedroche, donde el 70 o 80 por ciento del agua que necesitan las explotaciones de vacuno «la traen cubas que facilita Covap», y esto conlleva casi 5.000 euros de coste al mes para el ganadero.

En cuanto a la aceituna, el presidente de la cooperativa Olipe de Pozoblanco, Juan Antonio Caballero, indica que los olivos están soportando una situación de estrés hídrico y, aunque depende de las zonas y parcelas, «la aceituna sin agua, con temperaturas altas y sin humedad del resencio se está deshidratando, arrugando, cambiando de color y hasta secándose». Prevé una cosecha tardía siempre que llueva «porque el olivo nos da lecciones de recuperación».