El intenso calor que se dejó notar ayer en la Campiña cordobesa -y que situó el mercurio en torno a los 40 grados durante las horas centrales del día- no impidió que cientos de montillanos volvieran a dirigir sus pasos, como cada mes de junio, hasta el frondoso paraje de Cañalerma para formar parte de la popular Romería de la Virgen de las Viñas que, desde hace dieciocho años, hacen posible el Grupo Romero y la Hermandad del Señor en la Santa Cena.

La Barriada del Gran Capitán fue nuevamente el punto de partida para los peregrinos que acompañaron a la patrona del noble gremio de la vid y el vino en su ya tradicional recorrido por los pagos de la localidad sobre una pequeña carreta tirada por dos bueyes y al son de la flauta y el tamboril.