La ola de robos de aceituna que está afectando estos días a la zona sur de la provincia ha tenido en Lucena un nuevo episodio delictivo que se ha saldado con la sustracción de unos doce mil kilos de este fruto. El robo se ha producido en un olivar situado junto al polígono industrial Los Santos, en una finca propiedad de Pedro Servián. Según ha denunciado el propietario, los ladrones no solamente se han llevado la cosecha, sino que además se han ensañado con los olivos, algunos de los cuales han quedado parcialmente destruidos e inhabilitados para varios años.

Pedro Servián no entiende el ánimo destructivo de estos ladrones, que no se han conformado con llevarse el fruto, sino que han apaleado los árboles con tal dureza que han partido ramas de un importante grosor y los han dejado en muchos casos sin hojas. Este agricultor lucentino comenta con profunda tristeza que algunas de las ramas de estos olivos tendrán que ser taladas y que los árboles tardarán varios años en recuperar sus cabezas, por lo que resulta muy difícil cuantificar los daños causados por los ladrones. Muy al contrario que en la mayoría de las ocasiones, este robo se ha producido a escasos metros de una de las zonas más importantes de la localidad, aunque, sin embargo, nadie parece que pudo percatarse de la presencia de los delincuentes. Se sospecha que de nuevo esta actividad delictiva ha sido llevada a cabo por una banda organizada, pues resulta materialmente imposible que se pueda robar tal cantidad de aceituna de una sola finca de manera individualizada.

Un robo similar a este por los destrozos cometidos en el olivar fue el que se llevó a cabo hace un par de años en una finca situada en la zona de Las Montoras, junto a Los Poleares, donde los delincuentes atacaron árboles de corta edad, algunos de los cuales prácticamente fueron arrancados de cuajo y que aún no han recuperado su porte.

Los olivareros se quejan de que esta cosecha, además de corta, un 65% inferior a lo normal, está siendo también muy perjudicada por los constantes robos. Denuncian asimismo que este año no se ha podido contar con un servicio de guardería en el olivar, cosa que se espera recuperar en la próxima campaña, dado que los robos van en aumento cada año y ya se han sustraído del campo lucentino más de 150.000 kilos de aceituna, según destacaba recientemente el presidente de la Cooperativa Nuestra Señora de Araceli, Antonio Cañete.