El Ayuntamiento de Villafranca ha colocado en la glorieta de acceso al cementerio un monolito en el que se recogen los nombres de las 14 personas que fallecieron en el incendio de un autobús en la cuesta de Las Cumbres, ocurrido el 10 de septiembre de 1929, todas de los municipios de El Carpio, Montoro, Pedro Abad y Villafranca. Dicho monolito, de mármol, tiene tallados los nombre de las personas que perdieron la vida en ese trágico accidente.

Entre las víctimas había niños y mayores. La noticia la llevó al pueblo, que se encontraba celebrando las fiestas de la patrona, Nuestra Señora de los Remedios, un joven, Francisco Solís, que circulaba en bicicleta por el lugar y, al ver el siniestro, dio la vuelta hacia la localidad. El día 11 de septiembre, el pueblo amanecía repleto de crespones negros en las ventanas y balcones. También el Ayuntamiento, a las 8 de la mañana, celebró una sesión plenaria extraordinaria para recibir a los familiares, autoridades y comisiones llegadas de fuera. En la iglesia de Santa Marina, a las 10.30 de la mañana, dieron comienzo las exequias, una ceremonia que fue oficiada por el párroco, Enrique Ayllón Cubero, su coadjutor y los párrocos de Pedro Abad y El Carpio. Al entierro, según se recuerda, acudieron 4.000 personas.

El alcalde de Villafranca, Francisco Palomares, ha destacado a este periódico que «nuestro objetivo es homenajear a estos vecinos, y qué mejor manera que poniendo en valor uno de los espacios más visitados de nuestro pueblo, con la colocación de un monolito que hará que todas estas personas sigan presentes entre todos nosotros».

Fueron muchas las muestras de solidaridad de aquella época, como la colocación de una cruz que fue sufragada por los ciudadanos, así como la actuación de una comparsa carpeña, cuyo director, José María Benavides Gutiérrez, fue el autor tanto de la música como de la letra de una coplilla en honor a todas las personas que salvaron también a los heridos, que decía así: «Saludamos al pueblo de Villafranca, recordando por lo bien que se portó, por las víctimas del coche de viajeros, que en la cuesta de Las Cumbres se incendió. Como estamos todos agradecidos, por las gracias le venimos a dar, a este pueblo de buenos sentimientos, pues su luto le supieron guardar...»