Como viene siendo habitual en los últimos años, la recolección mecánica de las primeras variedades de uva blanca, ideales para la elaboración de vinos jóvenes sin crianza, ha vuelto a marcar esta madrugada el inicio de la vendimia en Montilla-Moriles, la más temprana de la Europa continental.

Tal y como avanzó ayer la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja-Córdoba), la recolección de la variedad Chardonnay ha dado hoy el pistoletazo de salida a la vendimia 2018, mientras que en los próximos días se comenzarán a cosechar las uvas del tipo Verdejo, Sauvignon Blanc y Moscatel para, ya a finales de agosto o primeros de septiembre, completar la campaña con la recolección de la variedad autóctona del marco Montilla-Moriles: la Pedro Ximénez.

El pasado año, la vendimia arrancó el 19 de julio, con dos semanas de adelanto con respecto al inicio de la recolección del 2016, que comenzó el 3 de agosto. «Este año empezamos en las fechas habituales, aunque tal vez con dos o tres días de retraso», reconoció ayer el presidente de la Sectorial de Viña de Asaja-Córdoba, Juan Manuel Centella, uno de los promotores de la recolección mecanizada, una modalidad de trabajo que cumple catorce años en la zona Montilla-Moriles y que permite cosechar una gran cantidad de fruto a salvo de las elevadas temperaturas que se registran en la Campiña Sur cordobesa en las horas centrales de la mañana.

En esta ocasión, la tardía maduración de la uva tras una primavera muy lluviosa y un mes de julio anormalmente fresco ha propiciado que la recolección de la uva se celebre, como es tradicional en el marco Montilla-Moriles, entre los meses de agosto y septiembre. Ello posibilitará también incrementar entre un 20 y un 30 por ciento la cantidad de fruto recolectado.

Así lo adelantó, en declaraciones a CÓRDOBA, el gerente de la cooperativa agrícola La Unión, Antonio Martínez, quien se mostró «optimista» ante una vendimia que permitirá poner freno a la caída de producción que se venía registrando en los últimos años por los «continuos años de sequía» que habían sometido a las plantas a un enorme estrés hídrico ante la continuada falta de precipitaciones y las temperaturas extremas del verano.

En ese sentido, el responsable de la entidad que desarrolla la mayor vendimia de toda Andalucía se mostró confiado en que el aumento de cosecha pueda superar este año el 30 por ciento con respecto al aforo del 2017, que se saldó con 35,8 millones de kilos de uva blanca y 4,5 millones de kilos de uva tinta, según los datos facilitados ayer mismo por Asaja-Córdoba.

Con todo, las previsiones de cosecha quedan «lejos» de la «producción normal» que se venía registrando, según recordó el presidente de la cooperativa La Aurora, Juan Rafael Portero. «En los últimos tres años, el estrés hídrico ha generado la pérdida de un 40 por ciento de producción», sentenció el también vicepresidente del Consejo Regulador de la DOP Montilla-Moriles.

En los últimos tiempos, la campaña más productiva fue la del 2003, con 86,1 millones de kilos de uva, una cosecha que permitió elaborar 14,5 millones de litros de vino, de los que 1,5 millones correspondieron a la variedad Pedro Ximénez y 507.000 litros a vinos jóvenes. Desde entonces, el aforo hecho público por el Consejo Regulador sitúa en 2012 la peor cosecha de la última década, cuando cooperativas y bodegas apenas molturaron 27,6 millones de kilos.