La recolección mecánica de las primeras variedades de uva blanca, ideales para la elaboración de vinos jóvenes sin crianza, ha marcado esta pasada madrugada el inicio de la vendimia 2019, la más temprana de la Europa continental. De este modo, y con diecisiete días de adelanto con respecto al inicio de la recolección del pasado año, las máquinas cosechadoras comenzaron a trabajar antes de que despuntara el sol por los holgados liños del Cortijo La Trinidad, en la Sierra de Montilla, unos terrenos excepcionales para el cultivo de la vid y que forman parte de la Zona de Calidad Superior de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles.

«El estado sanitario de la uva es muy bueno, por lo que la calidad de la cosecha también lo será», destacaron desde la Sectorial Vitivinícola de Asaja Córdoba, cuyos socios han estado muy pendientes de la graduación Baumé que presentan las uvas de la variedad Chardonnay, que en los primeros análisis de ayer alcanzaron los 12 grados en La Trinidad y los 12,2 en Lagar Cañada Navarro, tal y como confirmó a CÓRDOBA uno de sus responsables, Manuel Jiménez del Pino.Las altas temperaturas registradas en los últimos días, unidas a la baja humedad ambiental, permiten a la uva alcanzar de forma natural el momento óptimo de su recolección, con un alto nivel de azúcares que, luego en bodega, serán transformados en grados de alcohol naturales.

La recolección manual del fruto -que se desarrolla entre las 7.00 de la mañana y las 14.00 de la tarde- se combina desde hace quince años en la zona Montilla-Moriles con la recolección mecanizada, una modalidad de trabajo que se concentra entre las 4.00 de la madrugada y las 10.00 de la mañana y que permite cosechar una gran cantidad de racimos a salvo de las altas temperaturas.

Tras las primeras variedades en vendimiarse se cosecharán las tintas y, finalmente, la uva autóctona, la Pedro Ximénez, cuya producción se verá mermada este año, según avanzó Asaja.