Un estudio sobre citricultura sostenible en el Valle del Guadalquivir apuesta por planificar el futuro desde la sostenibilidad económica, social y ambiental del sector dando respuestas desde un plano varietal y el uso eficiente de los recursos, como el hídrico y el energético. El proyecto, que se presentó ayer, aplicará las investigaciones realizadas por el Ifapa en sus campos de ensayos citrícolas, para lo cual se habilitarán 4 hectáreas en el Valle del Guadalquivir.

María Reyes, técnica de Palmaecológica, que ha diseñado el plan de trabajo junto a Beatriz Raso y Rafaela Martínez, ingenieras técnicas agrícolas, explicó que se trata de cuatro parcelas experimentales, tres de ellas de una hectárea. En dos se trabajará con variedades tempranas ya implantadas y en edad adulta, y una tercera parcela será para una producción joven (de 2 a 3 años). En estos ensayos se partirá de una radiografía del suelo y su manejo en años anteriores. Reyes dijo que se trabajará con sensores de humedad, mallas y cubiertas vegetales, cubriendo las necesidades hídricas, seguimiento de plagas y enfermedades de forma sostenible en una apuesta por el residuo 0 con el objetivo de «mejorar la comercialización». En este punto, también se trabajará en la reducción de la huella de carbono e hídrica.

La cuarta parcela se destinará a una siembra superintensiva, con variedades destinadas a industria con recolección mecanizada, y el resto del suelo acogerá una colección de patrones y variedades.

El Ayuntamiento palmeño solicitó en su día a la Junta de Andalucía la creación de un grupo operativo para la investigación citrícola en el 2016, y ha sido el único ayuntamiento andaluz autorizado para crear este equipo de trabajo que será financiado por fondos europeos, en el marco de la Asociación Europea para la Innovación en materia de productividad y sostenibilidad agrícola. El plan asciende a 286.000 euros y se desarrollará en dos años.

El grupo se ha configurado con la asociación Palmaecológica, Palmaranja, el Ifapa y el GDR Medio Guadalquivir. Manuel Morales, presidente de Palmaecológica, afirmó que se trata de mejorar la gestión del agua, fertilizantes y plaguicidas, sin olvidar la reciente amenaza de sequía y los elevados costes energéticos de una explotación.

Por su parte, Antonio Carmona, presidente de Palmanaranja, recordó que la citricultura en el Valle del Guadalquivir ha pasado por varias etapas, destacando crisis de precios, una OCM que derivó en un escenario diferente y provocó un aumento exponencial de la superficie citrícola, cambio varietal y abandono de superficie. Carmona señaló que van a aumentar de nuevo las hectáreas de cítricos, apuntando que «los viveros tienen todas las plantas vendidas para los dos próximos años». El GDR Medio Guadalquivir será el encargado de crear una base de datos para ser transferida a todo el sector. Su gerente, Jesús Orcaray, precisó que «será un observatorio de sistema de transferencia de conocimiento», añadiendo que «vamos a verificar un modelo novedoso e innovador, útil para el citricultor».

Desde el Ifapa-Palma del Río, Juan Manuel Alonso indicó que «aportamos nuestra experiencia realizada desde un grupo de trabajo de investigación a nivel andaluz». Finalmente, el alcalde, José Antonio Ruiz Almenara, afirmó que «hay que coordinarse para avanzar y ser más competitivos, y trabajar por un futuro más rentable».