El PP de Torrecampo ha denunciado a través de las redes sociales que la alcaldesa socialista de la localidad, Francisca Alamillo, se ha vacunado del covid junto a los residentes y trabajadores de la residencia municipal de mayores, cuando no es grupo de riesgo y cuando no se ha procedido a inocular la vacuna a trabajadoras del centro que se encuentran de baja médica.

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Los populares señalan que la alcaldesa se ha saltado el plan de vacunación, pues no está entre los grupos llamados a ponerse la dosis en la primera fase. Indican que “supuestamente sobraban dos vacunas” pero “¿No habría sido más lógico utilizar esas vacunas sobrantes en algunas de las trabajadoras de baja médica que no habían sido tenidas en cuenta y enmendar así parte del error cometido al principio?” Igualmente dicen que se podrían haber utilizado en alguno de los vecinos del municipio de avanzada edad y “sin embargo, la capitana del barco es la primera que se salva”. Señalan que en otros centros donde se ha vacunado sí ha contado con los empleados de baja médica.

El PP ha pedido en el registro de entrada del Ayuntamiento información al respecto “y esperamos explicaciones lo antes posible”.

CONTESTACIÓN DE LA ALCALDESA

Por su parte, la alcaldesa, ha contestado esta noche en Facebook con una larga explicación, en la que señala que el "día 18 de diciembre a las 21.00 horas el Área Sanitaria informa a los directores de residencias que se va a empezar a vacunar a las residencias de mayores y que deben enviarles una relación de trabajadores y residentes a la mayor brevedad posible para poder gestionar la vacunación". En el caso de la residencia de Torrecampo, "de la que soy presidenta, el día 19 de diciembre a las 17.00 horas se remite un documento a la directora de Enfermería de dicho Área Sanitaria indicándole las personas (residentes y trabajadores) que desean vacunarse y las que no, las personas que estaban en situación de baja puesto que desde el Área Sanitaria Norte se indicó que a esas personas no se las vacunaría, quienes no ha comunicado nada y quienes finalizan en breve contrato y pueden seguir o no. Igualmente, se comunica la relación que me vincula a la residencia y mi deseo expreso de no ser vacunada hasta que me corresponda por el grupo de población al que pertenezco".

Explica Paqui Alamillo que "cuando comienzan a realizarse los test de antígenos y teniendo en cuenta que visito la residencia semanalmente como componente del organigrama de la misma al ser presidenta de la misma y no como cargo político la enfermera gestora de casos da su autorización a que me realicen dicho test".

En principio, explica la alcaldesa, "la fecha de vacunación era el día 5 de enero, pero debido al retraso en este proceso que hay en Andalucía el Área Sanitaria comunica que avisarán el día antes de llevar a cabo la vacunación. El día 11 de enero a las 10.20 horas se produce ese aviso, indicando que al día siguiente, el día 12 de enero, se vacunaría a las personas de la residencia. Es en ese momento cuando la dirección del centro, siguiendo las instrucciones del Área Sanitaria, envía el documento inicial actualizado ya que se habían producido variaciones con respecto al que se remitió el día 18 de diciembre. En el momento de enviar el documento, la dirección de la residencia, a través de Whatsapp comunica a la dirección del Área Sanitaria que ya está enviada la información, mensaje que no es visto ni contestado".

"El día 12 llegan a la residencia las vacunas y las enfermeras que llegan aseguran que solo tienen el primer documento, el remitido el día 18 de diciembre y que no tienen constancia de la actualización y que conforme se vayan poniendo las dosis. A la cita no acude una trabajadora y otra que en principio se la iba a poner no está prestando servicios por fin de contrato. En ese momento, llega al centro la médica de Atención Primaria y dice que se vacuna aunque no está en el listado porque le han dado indicaciones de que se tenía que vacunar allí, por lo que se le pone la vacuna de una de estas trabajadoras. Al final, sobran dos vacunas y las enfermeras pidieron a la dirección del centro que llamara a “dos personas pero que vengan en 30 segundos porque nos vamos”.

Ante esta situación, señala Alamillo, "y teniendo en cuenta que habían indicado que las personas de baja no se vacunan, la dirección del centro llama a la auxiliar que inicialmente estaba en el listado pero ahora no está prestando servicio en el centro y será la próxima auxiliar que se contrate y que no está de baja y me llama a mí, como presidenta, puesto que acudo centro todas las semanas".

"Por lo tanto, la dosis que me ponen no le ha sido hurtada a ningún trabajador del centro y, por supuesto, a ningún residente", concluye la alcaldesa.