Los ediles del PP de Priego, Luis Miguel Carrillo y Javier Ibáñez, ponían ayer en duda que el equipo de gobierno del Consistorio de la localidad hubiese mantenido reuniones con los vecinos de la zona de El Calvario y de la hermandad de los Dolores para consensuar la actuación que se ha realizado en dicho enclave.

Así, Carrillo ponía de manifiesto que en un lugar tan emblemático como éste debe primar la unidad de los materiales que se empleen, señalando que, «no es lógico que exista un mosaico de hormigón, fratasado, empedrado y adoquín».

Por su parte, Ibáñez añadió que puestos en contacto con la hermandad, «lo que ellos proponían era que fuera un empedrado o una mezcla entre empedrado y adoquín, para que se mantuviera la estética del entorno», afirmando que la obra es «una demostración de una chapuza más de la que nos tiene acostumbrados el equipo de gobierno».

Frente a esta postura de los populares, desde el Consistorio prieguense se ha reiterado que el asfaltado de la explanada de El Calvario «se ha llevado a cabo de mutuo acuerdo entre los vecinos de la zona y la hermandad».

Así lo afirmaban, también ayer, el presidente del Área de Presidencia del Consistorio prieguense, Toni Musachs, y el responsable del Área de Obras y Servicios, Juan Jesús Onieva, en el transcurso de la visita que giraron a la actuación realizada en El Calvario en compañía del diputado provincial Maximiano Izquierdo, coordinador del Área de Cooperación con los Municipios y Carreteras, al haberse llevado a cabo la actuación con cargo al Plan Provincial de Inversiones Municipales Financieramente Sostenibles 2017.

A colación de la polémica suscitada, el propio Izquierdo afirmó que la intervención «se ha hecho porque hay una hermandad y un entorno poblacional que han demandado que había que darle una solución a este entorno», indicando que es muy fácil sacar de contexto e ir a los medios de comunicación, «a mentir, como habitualmente se está haciendo por parte del PP, y decir que es una cochambre de obra o que no es lo adecuado».