La celebración de la fiesta de los piostros en Pedroche reunió ayer a más de 300 equinos. Mucho colorido aportaron los piostros o jinetes a caballo llegados desde diferentes puntos de la provincia y las tradicionales parejas de mulas en las que en una de ella va el paje que utiliza la tradicional manta, bordada artesanalmente en la localidad sobre terciopelo, a modo de montura y en la otra cabalga la mujer, sentada en un sillón, llamado jamuga, en el que se coloca un pequeño colchón que amortigua el asiento.

Después de recorrer la plaza de las Siete Villas o la del Ejido, y tras visitar el domicilio de los mayordomos, Antonio Moreno y Dolores Romero, los jinetes recogieron a la Virgen de Piedrasantas a media tarde en la parroquia de El Salvador. Situándose detrás de la patrona, la acompañaron hasta su ermita por la carretera de El Guijo.

Ya en el santuario, en el que antaño se reunían los regidores de las Siete Villas de Los Pedroches, hubo una celebración religiosa y un pequeño convite. Pasadas las ocho de la tarde, los piostros regresaron al pueblo ofreciendo al público, que se concentraba a ambos lados de la Cuesta del Molar, distintas piruetas y carreras. El alcalde, Santiago Ruiz, sobre su caballo, no podía ocultar su emoción por haberse logrado este año la declaración de interés turístico de esta fiesta que conserva los rituales de siglos pasados. Tras la inaugurar anoche la feria, los piostros volverán esta mañana a la ermita para celebrar allí los actos en honor de la patrona.