La 90 edición del concurso internacional de Alfarería y Cerámica de La Rambla La Ramblase celebrará entre el 7 y 16 de agosto y tendrá como epicentro el Museo de Cerámica. El certamen se acerca a una cifra redonda que, sin embargo, se celebra en un momento de transición hacia un futuro desconocido debido a la pandemia del coronavirus.

La situación sanitaria obliga a reinventarse y aunar el pasado, con la experiencia de ser la exposición de cerámica más antigua de España y el futuro de un sector que se digitaliza por necesidad. Arrancará el próximo viernes con la entrega de premios del concurso a nivel internacional, teniendo esta edición un predominante carácter local. «Es una de los pocos aspectos positivos que deja este virus», afirma Álvaro Montaño, presidente de la asociación de artesanos alfareros. La pandemia ha sido fuente de inspiración para los artesanos, como el motivo del primer premio de diseño y nuevas formas, Who’s the virus? de Luis Torres.

El alcalde de la localidad, Jorge Jiménez, ha destacado que La Rambla es «epicentro de la cerámica y creatividad y este concurso es pionero en buscar la innovación», mientras que espera poder celebrar la próxima edición de Enbarro en Caballerizas Reales, tal y como estaba previsto para este 2020.

Además, se realizarán actividades complementarias junto al Torreón del Castillo para potenciar este Enbarro diferente con talleres de pintura y modelaje de barro para niños bajo el protocolo higiénico sanitario correspondiente y un aforo reducido de 16 participantes. La exposición vuelve a las fechas habituales de los inicios de esta segunda parte de Enbarro, a comienzos de agosto, debido a la suspensión de la muestra en el mes de mayo en pleno confinamiento. La principal novedad se encuentra en un recorrido virtual en 3D del certamen en la web de turismo de La Rambla donde podrán contemplar las obras así como información sobre las mismas, con el fin de adaptarse a los nuevos tiempos para evitar aglomeraciones.

Entre botijos y platos habrá espacio para una exposición de ilustraciones llamada Slow down, una serie de acuarelas de piezas de cerámica como metáfora de la necesidad de volver a la vida lenta, esa a la que el virus nos está volviendo a enseñar.