La delegada del Gobierno, Esther Ruiz, el director general de Gestión del Medio Natural y Espacios, Francisco Javier Madrid, el delegado de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Francisco de Paula Algar, junto al alcalde de Villafranca, Francisco Palomares, ha participado en una suelta pública de dos ejemplares de lince ibérico en la Finca La Ventilla, situada en el término municipal de Villafranca de Córdoba, para afianzar la conservación de esta especie en la zona del Guadalmellato.

Se trata de dos ejemplares, un macho y una hembra, “Omeya” y “Oxyura”. Los alumnos y alumnas del colegio cordobés Ferroviario de 4º y 5º de Primaria, que bautizaron con el nombre de Omeya, a uno de los linces, también han participado en la suelta. El otro ejemplar, “Oxyura”, hija de Caña y Huerto, fue bautizado a través de la campaña #BautizaUnLince llevada a cabo por Iberlince en redes sociales.

En esta temporada de sueltas, se liberarán un total de tres ejemplares, dos machos y una hembra en el área de reintroducción del Guadalmellato. “Omeya”, hijo de “Biznaga” y “Drago", y “Oxyura” proceden de los centros de cría en cautividad de Silves (Portugal) y La Olivilla (Jaén), respectivamente. Además, se liberará otra ejemplar de macho en los meses de marzo o abril.

La delegada del Gobierno ha destacado que la población de lince ibérico en el área del Guadalmellato se eleva en la actualidad a 63 ejemplares, 13 individuos más que en el censo de 2016. De esta cifra, destaca el número de hembras territoriales, un total de 15. En cuanto al número de cachorros, en 2017 se contabilizaron 25 nuevos ejemplares, frente a los 16 nacidos en el año anterior.

Según los datos registrados en el censo del 2017, en la Península campean ya 547 ejemplares. De esta cifra, 402 individuos se concentran en los territorios andaluces con presencia de este felino, mientras que los 145 restantes están distribuidos por Castilla-La Mancha, Extremadura y Vale do Guadiana, en Portugal.

Ruiz ha ha subrayado que la elección de esta zona para la reintroducción del lince ibérico no es casual, ya que esta zona, junto a la del valle de Guarrizas (Jaén), fueron elegidas para la reintroducción por su calidad de hábitat, las altas densidades de conejos y el fuerte apoyo social a la reintroducción.