El pan es un elemento diario indispensable en la mesa, independientemente del momento social que se atraviese. Un goteo incesante de clientes, sin las colas habituales en tiempos de coronavirus tras dejar atrás una jornada festiva por San Isidro, se encontraron ayer con pan gratis en su habitual compra en el despacho de Panificadora Los Alfares de La Rambla. Y es que dicen que las penas con pan son menos, y ayer se regalaron hasta 200 barras de masa madre en los establecimientos de siempre. Reivindican de esta forma el comercio de barrio tras verse obligados a cerrar semanas atrás. «Se preparan con una larga fermentación para rememorar el sabor de antes», afirma el gerente, Modesto Cabello. El pan de siempre para el comercio de siempre.

En un obrador ocupado por el olor a pan recién hecho y con las últimas hogazas aún por asignarle dueño, Modesto afirma que «si podemos lo repetiremos en años sucesivos». Estas barras son piezas que necesitan 16 horas de fermentación a baja temperatura «lo que les da un aroma y características especiales» con respecto al pan habitual que necesita unas tres horas de cocción, afirma Modesto, una técnica que en este obrador llevan realizando desde hace más de una década.

La festividad de San Honorato, patrón de los maestros panaderos, que se celebró ayer, tuvo este año también un motivo solidario, ya que una parte del pan fue donado a la residencia de mayores Santo Cristo de los Remedios. Los clientes, que aprovechan la compra y posponen la ya famosa operación bikini coinciden en que «es una iniciativa oportuna» debido a la coyuntura que la sociedad atraviesa. Ellos corresponderán a que nunca falte el buen pan.