Lucena despidió ayer de forma multitudinaria a su patrona, María Santísima de Araceli, que lo es también del campo andaluz, cuya imagen fue trasladada en procesión al santuario serrano de Aras. A las siete de la mañana, en la iglesia parroquial de San Mateo, tenía lugar la misa de romeros, a cargo del párroco, David Matamala, que culminó con la salve solemne y la interpretación del himno. Centenares de fieles acudieron a dicho acto, uno de los más emotivos del calendario aracelitano y que contó con la asistencia del alcalde, Juan Pérez Guerrero; miembros de la Corporación; del Ilustre Colegio de Abogados de Lucena; responsables de la Policía Nacional, Guardia Civil y Policía Local; miembros de la Real Archicofradía de María Santísima de Araceli; el hermano mayor, Rafael Ramírez Luna; el pregonero de la glorias a la Virgen de Araceli de este año, Miguel Cuenca Valdivia; la aracelitana mayor, Elvira Cruces Vera; y sus damas, Araceli Díaz Sánchez, Araceli María Egea Cuenca, Tania Frías Gutiérrez, Araceli María Lara García, Araceli López Guerrero y Araceli Montilla Parejo.

Durante toda la jornada del sábado, los responsables de la Real Archicofradía estuvieron preparando el paso procesional de la Virgen, que lucía ayer un espléndido vestido crema floreado, con fajín de general de la Guardia Civil y un broche obsequiado por el hermano mayor de la Cofradía de la Virgen del Rocio el pasado sábado, antes de su partida hacia la aldea del Rocío.

La cuadrilla de santeros bajaba el paso desde el altar mayor de San Mateo hacia las ocho de la mañana e, instantes después, el disparo de cohetes anunciaba la salida del templo y centenares de lucentinos, romeros y devotos esperaban a María Santísima de Araceli para acompañarla en su romería, que contó con la participación de decenas de caballistas y cientos de personas a pie, remolques, camiones y toda clase de vehículos.

La Virgen de Araceli lucía espléndida sobre su trono romero y su recorrido procesional estuvo acompañado por la Banda del Cristo de la Humillación Servitas y la Banda de Música de Lucena, dirigida por Miguel Ángel Gómez

En la puerta de la Mina, como manda la tradición, la procesión fue despedida por autoridades y algunos lucentinos que por distintos motivos no pueden acompañarla hasta la cumbre de la sierra. La jornada fue especialmente calurosa y los santeros acusaron el durísimo recorrido que supone esta procesión de subida. Como también es tradicional, numerosos jóvenes le hicieron más llevadero el empinado recorrido ayudándoles a llevar el paso en algunos tramos.

Cercanas las 13 horas, a hombros de su cuadrilla de santeros ,la procesión llegaba a la explanada del real santuario y posteriormente se celebraba en este bello templo serrano una misa de bienvenida.

La romería de subida pone siempre el broche final a la multitud de actos con los que los lucentinos, como viene siendo tradicional, celebran la estancia de María Santísima de Araceli desde su romería de bajada a finales de abril. Entre ellos estuvo la ofrenda de flores, el bellísimo pregón de Miguel Cuenca Valdivia, que fue presentado por José Pedro Moreno Víbora, la brillante procesión de su día, mandada por Jerónimo Jiménez, o la solemne novena.

Ahora queda todo un año por delante en el que, como es costumbre, miles de lucentinos no dejarán de acercarse día tras día a ver a su madre a ese altar del cielo, que es el Real Santuario de Aras.