Un abuelo, rondando los 85 años, le explicaba ayer a su nieta, que acude al colegio de Primaria de Pedroche, lo duro que era el trabajo en el campo, pero a la vez lo natural que resultaba esa vida en contacto con la naturaleza y los animales. Fue en el cercado Cristo, un paraje único junto al arroyo Santa María y la ermita de la Virgen de Piedrasantas, donde ayer tuvo lugar una nueva edición de la muestra de Nuestras Tradiciones. En esta cita numerosos vecinos escenificaron tareas ya perdidas o en desuso como la siega, el arado con los mulos, la trilla, pero también el transporte de cántaros, la siembra de garbanzos o el esquileo a mano de las ovejas.

Además, se recrearon escenas como la vida en una choza de pastores, el trabajo del picapedrero o una escuela de 1952 con sus pupitres, libros, cuadernos y hasta la profesora.

Un grupo de mayores de la residencia de El Salvador acudió a este paraje para reencontrarse con una época que les tocó vivir. Además, los asistentes, llegados de toda la comarca y buena parte de la provincia, pudieron arar, pasear en mula en una jamuga de los Piostros o hacer objetos de cerámica.

Al mediodía se degustaron 800 platos de migas a 2 euros y 100 litros de gazpacho a 1 euro el vaso. El alcalde de Pedroche, Santiago Ruiz, entregó un recuerdo a Loli Rubio, una de las promotoras de esta jornada, en la que Cati Escribano fue quien narró las diferentes actividades. También hubo visitas al centro de las Siete Villas y a la torre parroquial.