Las Hermanas de los Ancianos Desamparados de Baena dejarán finalmente la localidad en los próximos meses. Tras una larga época de rumones en la localidad, las monjas han trasladado al alcalde su «intención de abandonar el asilo». Son varias las razones que llevan a esta situación, aunque la principal es la falta de vocaciones religiosas, a la que hay que unir la fuerte inversión económica que sería necesaria para conseguir el concierto de plazas con la Junta de Andalucía y el elevado coste de mantenimiento del edificio. El asilo atiende a unos 50 ancianos y cuenta con unos 25 trabajadores. El alcalde se muestra preocupado por la situación de incertidumbre y continúa dispuesto a colaborar en la medida de lo posible. Su objetivo es garantizar los puestos de trabajo y mantener en Baena a los ancianos, ya que la mayoría son de la localidad. En todo este asunto, la última palabra la tiene el Obispado. Ahora se trabaja en conseguir que alguna entidad se haga cargo del asilo para que continúe abierto. Una situación que ha funcionado en la localidad asturiana de Ciaño, donde Mensajeros de la Paz asumió la gestión, aunque la congregración ha echado el cierre en el asilo de Pontevedra.

El posible cierre se trató en el pleno del mes de mayo y el alcalde anunció que se haría un estudio sobre las deficiencias del edificio. Rojano recuerda que el este cuenta con la autorización de funcionamiento aunque para llegar al concierto de plazas de residencia hay que adecuarlo a la normativa y, según el estudio, la inversión supera los 1,7 millones de euros. El alcalde trabajará para buscar mecanismos de financiación para llevar a cabo esta intevención, pero lo primero es que se aclare «qué se va a hacer», y lo deseable es que continúe siendo residencia.

En cuanto a la iglesia de San Francisco, donde tienen su sede la cofradía de Jesús del Huerto y la de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Rojano afirma que «el futuro depende del Obispado». Hay que recordar que en Baena se mantiene la tradición que ir todos los viernes del año a visitar a Jesús Nazareno.

La congregación de las Hermanitas de los Hermanos Desamparados llegaron en 1900 y desde entonces han realizado una importante labor. Su situación se suma a la de las madres dominicas del convento de Madre de Dios de Baena, que piden «ayuda económica» para hacer frente a las deudas contraídas, que alcanzan los 100.000 euros.