La imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno realizó ayer una salida extraordinaria en procesión de rogativa de lluvia y visitó a la Virgen de Guadalupe, patrona de Baena, con motivo del 400 aniversario de la traslación de la imagen. Un día inolvidable e histórico lleno de emoción para los miles de baenenses que lo acompañaron en distintos puntos del recorrido.

Para una ocasión tan especial, la cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno recuperó el recorrido antiguo. Desde su iglesia conventual de San Francisco, pasó por la parroquia de San Bartolomé y desde allí se dirigió a Santa María la Mayor, donde la imagen de Jesús Nazareno entraba por primera vez en la historia. A la salida, una vez en la plaza del Ángel, en el lugar conocido como el Adarve, Jesús bendijo el campo y al pueblo.

Desde allí prosiguió el camino hacia la Virgen y, al pasar por el convento de Madre de Dios, las monjas de clausura arrojaron pétalos de flores sobre Jesús. Una imagen que volvió a repetirse a su entrada a la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, donde fue recibido entre aplausos. Cuando llegó a la capilla para saludar a la patrona de Baena se vivió uno de los momentos más emotivos de la jornada, donde muchos de los presentes no pudieron evitar las lágrimas. Tras la eucaristía Jesús se dirigió de nuevo a la capilla para impartir la bendición a su Madre y se quedó con ella acompañado de numerosos fieles. A las cinco de la tarde se situaba en la puerta de la iglesia donde, tras la bendición, inició el regreso a San Francisco. En esta recorrido, además de los hermanos de andas, fue portado por cofrades de las distintas hermandades y cuadrillas de la cofradía.

En esta inolvidable jornada ha quedado de manifiesto la devoción del pueblo de Baena hacia Jesús Nazareno.