María del Carmen García, presidenta de la Fundación Cuenca del Guadiato y exdecana del Colegio de Ingenieros Técnicos y Grados de Energía y Minas de Córdoba, ha sido reconocida como una de las 100 mujeres más inspiradoras de la minería mundial en el año 2018 y es la primera mujer española que consigue entrar en este certamen.

-¿Qué le supone estar entre las 100 mujeres más inspiradoras de la minería?

-Un gran honor, me ha emocionado verme incluida en esta tercera edición del certamen de Women in Mining. Este premio representa un reconocimiento al trabajo realizado en el sector desde que empecé con 18 años, y estar dentro de un grupo internacional de grandes profesionales en un sector donde todavía hay muy pocas mujeres en puestos directivos supone para mí una gran alegría. Haber sido la primera española en este certamen es también un paso más para abrir estos reconocimientos a más españolas que hacen un magnífico trabajo, a veces en condiciones difíciles y peligrosas.

-Usted ha sido elegida entre más de 640 nominaciones presentadas desde todo el mundo. ¿Qué cree que ha marcado la diferencia para salir seleccionada?

-Desconozco los criterios de la selección porque todas las nominaciones son de mujeres con unos currículos extraordinarios, pero entiendo que en mi caso habrán tenido en cuenta mi trabajo desde los años ochenta, primero en administración en Encasur y después como ingeniera técnica de minas en diferentes servicios y funciones. Otros méritos que han debido considerar habrán sido ser la primera mujer en presidir un Colegio Profesional de Ingeniería así como el Consejo de Colegios de Ingenieros Técnicos de Minas de España.

-Siempre ha defendido los intereses de sus compañeros ingenieros de minas. ¿Nos puede resumir la relevancia de este sector en la actualidad?

-Mi trabajo ha consistido en ser firme defensora de los profesionales mineros y dar un servicio a la sociedad, intentando que la imagen de la minería sea positiva. Su importancia es tan relevante que todas las civilizaciones han dependido en mayor o menor grado de esta actividad, tan antigua como el hombre mismo.

-Ha sido la primera mujer en presidir un colegio profesional de Ingeniería, así como el Consejo de Colegios de Ingenieros Técnicos de Minas de España.

-Inicié mi labor en el Colegio ocupando el cargo de tesorera y más tarde el de secretaria y vicepresidenta, por lo que el paso a ocupar la presidencia fue algo gradual y tenía suficiente conocimiento de las obligaciones y responsabilidad que ello conllevaba. Tuve la suerte de trabajar al lado de grandes profesionales y lo que yo no había hecho directamente, lo había visto hacer. El paso a ser presidenta del Consejo de Ingenieros Técnicos de Minas de España fue similar: era consejera y asistía a las reuniones, aunque claro, no es lo mismo asistir a una reunión que presidirla. Tuve que trabajar mucho, con constancia y tenacidad para poder compaginar mi vida laboral con la colegial y la familiar, por lo que hago partícipe de la nominación a mi familia, especialmente a mi esposo, además de a mis maestros, jefes, compañeros colaboradores o amigos.

-Ha hecho una gran labor en la puesta en valor de la actividad minera y la restauración del patrimonio industrial del Guadiato. ¿Cuál es el objetivo con estas acciones para la zona?

-Es uno de los logros de los que me encuentro más satisfecha. Desde el Colegio se inició la tarea de recuperación de material minero, impulsamos la creación de una fundación para la defensa del patrimonio de la comarca y se crearon unas comisiones que funcionan de maravilla y están realizando de manera altruista una magnífica labor.

-Como presidenta de la Fundación Cuenca del Guadiato, ¿nos puede enumerar cuáles son las metas de esta organización?

-La Fundación es una entidad sin ánimo de lucro cuyo principal objetivo es la recuperación, defensa, conservación y puesta en valor del patrimonio industrial de la cuenca, hasta entonces desamparado por completo y en peligro de desaparición inminente. Para ello hemos implementado, en la medida de nuestras posibilidades, un modelo de gestión adaptado a las necesidades de los bienes culturales en cuestión y a las dinámicas socio-políticas de la comarca. El patrimonio ferroviario ha centrado buena parte de los esfuerzos recientes, tanto por la urgencia de abordar la situación de ciertos bienes en mal estado como por la oportunidad de asumir la cesión de material ferroviario disperso.