La Danza de Los Locos volvió a brillar un año más en la plaza y calles de Fuente Carreteros, que registraron una destacada afluencia de público con más de 1.500 espectadores. El hecho de que el 28 de diciembre haya caído en sábado ha ayudado más si cabe a la asistencia de vecinos, turistas y emigrantes carretereños, que no se han querido perder la originalidad y vistosidad de un baile que representa la mayor seña de identidad del pueblo colono. Como curiosidad, había una emigrante que llevaba más de sesenta años sin venir a Fuente Carreteros y lo hizo ayer para ver a Los Locos.

Como marca la tradición, a las doce del mediodía salieron Los Locos del Ayuntamiento después de toda una mañana con el ritual del vestuario, púes tienen que ser especialmente algunas mujeres mayores las que coloquen los delicados atuendos a los danzantes.

La primera parada fue delante de la iglesia de la Virgen de Guadalupe, patrona de la localidad a la que dedican el primer baile. Luego realizan otros tres en la plaza. En el segundo de ellos ya irrumpió Mariana y su domador en escena, asustando a los más pequeños y revolcándose en el suelo. Es el Baile del Oso, otra tradición centroeuropea que también diversas teorías reflejan que vino con la colonización hace 252 años y representa la repulsa a los malos augurios para que el año que entra sea bueno en cuanto a lluvias.

El oso atemoriza a los niños en la plaza. / SÁNCHEZ MORENO

El grupo

Este año el grupo de Locos ha tenido la novedad de cuatro escopeteros (Rafael, Baldomero, Valeriano y Daniel); la locada ha estado formada por Abraham, Antonio, Cristian, Pedro José, Saúl e Ismael; la loquilla ha sido Rubén; el capitán de espadas sigue siendo Pedro; la bandera la porta Beatriz; y los músicos repiten con Alejandro, Esteban, José Manuel, Ramón y Ricardo.

Tras el baile en la plaza, Los Locos se dirigieron a rendir un año más sendos homenajes a Antoñita Soto, de 96 años y vecina fundamental en la recuperación de la tradición en 1982, y Rafael Díaz Mínguez, de 95 y vecino de más edad que formó parte activa del grupo.

Bien de interés cultural

Con muchas posibilidades de ser declarada Bien de Interés Cultural por la Junta de Andalucía en los próximos meses, el alcalde del municipio y miembro del grupo de músicos, José Manuel Pedrosa, señalaba sobre las sensaciones tras concluir el baile que “de cara al exterior nuestra tradición está cuajando porque es de las veces que más gente he visto desde que yo estoy saliendo, y eso es desde que se recuperó en 1982”.

El primer edil espera que con el reconocimiento más que probable de Bien de Interés Cultural a nivel autonómico, la Danza de Los Locos y el Baile del Oso “despeguen y nos dé un impulso definitivo para proyectarlos en el ámbito turístico y cultural”. Pedrosa, por otra parte, también agradecía la presencia este año del doble de escopeteros “porque somos un pueblo pequeño y todos somos necesarios; tenemos que aportar nuestro pequeño grano de arena porque esto conlleva no sólo bailar, sino ser hospitalarios y ofrecer a los visitantes los pestiños, el anís y el potaje que se elabora al mediodía; son muchas horas de trabajo e incluso las asociaciones locales podrían promocionar productos artesanales o típicos de la zona”.

La escuela

Por otro lado, en relación a la promoción interna del baile y como complemento a la Escuela de Locos existente, desde el Ayuntamiento se propone al colegio que incluya la tradición como asignatura especial en el centro educativo para que se vaya fomentando entre los más jóvenes.

Uno de los integrantes más veteranos de la locada -el grupo de seis bailarines-, Pedro José, destacaba “el extraordinario ambiente vivido en la plaza, con bastante calor respecto a otros años, pero muy contentos con nuestra actuación; creo que esto va para largo porque hay muchos chavales implicados en la Escuela de Locos que más de una vez se vienen con nosotros cuando hacemos alguna actuación fuera y se les ve su interés; la integración es evidente y ellos son el futuro”.

Sobre la posibilidad de ver más pronto que tarde a una niña o mujer joven bailando, Pedro José está convencido de ello y recuerda que hace años ya participó alguna como loquilla, además de que actualmente hay varias niñas formándose en la Escuela. “Ya tenemos a Beatriz con la bandera y en otras ocasiones ha actuado en el grupo de músicos”, apunta.

La jornada culminó con un potaje navideño para todo el mundo en la Casa Grande y la actuación del grupo tributo a la música de los años 80 y 90, “12 pulgadas”.