La fiesta de la Virgen de Luna, en Pozoblanco, ha comenzado su cuenta atrás con la presentación en la iglesia de Santa Catalina de su cartel anunciador obra de Rosario Muñoz Dueñas. Un brillante trabajo realizado en acrílico sobre lienzo con pincel y espátula que se centra en la imagen de la Virgen sobre las andas en las que todos los años regresa a Pozoblanco. Se trata de un cartel alegre y colorido que ha gustado entre los fieles marianos en esta época gris protagonizada por el coronavirus.

En el acto intervinieron el capitán de la Cofradía, Juan García; el alcalde de Pozoblanco, Santiago Cabello; el párroco de Santa Catalina, José María González; la autora, Rosario Muñoz, y el alférez abanderado, Manuel Marín.

Rosario Muñoz agradeció a la cofradía, en una intervención cargada de emoción, el encargo que le ha permitido «rezar pintando». Un cartel que según definió «está hecho con mucho amor, sentimiento, nostalgia y esperanza», En su intervención, relató que desde el momento en el que aceptó hacerse cargo del cartel, comenzó a empaparse con documentación bibliográfica y fotográfica sobre la cofradía y su historia, afirmando que si finalmente decidió basar su cartel en la imagen de la Virgen fue porque considera que «Ella es lo verdaderamente importante». Para Rosario Muñoz, «a veces, una imagen permite transmitir lo que las palabras no consiguen expresar».

LUZ Y COLOR/ En el acto de presentación, la autora hizo hincapié en que ha querido que el cartel fuese «alegre, lleno de luz y color», como ha intentado reflejar en los tonos naranjas del interior de las andas y con los colores vivos de las flores, «sencillas y silvestres de nuestro campo». A Muñoz le gustaría, aunque este año no se pueda celebrar la romería con la gran fiesta a la que los pozoalbenses están acostumbrados, que sirviera para «que los fieles puedan hacer una fiesta interior de acercamiento a nuestra Virgen».

El cartel presentado anuncia la llegada de la patrona al municipio, una fiesta que se va a celebrar en esta ocasión sin su acto central, la romería, que cada año reúne a miles de fieles en el santuario de la Jara para acompañar a la Virgen en su camino entre encinas hacia Pozoblanco. Esta vez, como sucedió en la romería de mayo cuando no se desveló el momento de trasladar a la imagen a su santuario para evitar multitudes, tampoco se ha anunciado, por el momento, cómo se va a realizar el camino de vuelta.

Ya se sabe que se suspende todo el ritual que acompaña a la fiesta pozoalbense, como la salida del tambor por las calles del municipio que cada año congrega a decenas de niños, la salida del carro de la comida de la cofradía hacia el santuario o la llamada a los hermanos cofrades de madrugada.

Sí está previsto, aunque todo está sujeto a las normas dictadas por las autoridades en ese momento, que se celebre el pregón el viernes 5 de febrero. Lo que sí garantiza la cofradía, porque es su misión principal, es que la Virgen de Luna llegará a Pozoblanco en el día previsto; y los niños, gracias a sus padrinos, podrán disfrutarán ,aunque sea de una manera distinta, del típico hornazo que cada año ofrecen a su Virgen a la llegada al Arroyo Hondo.