En un escenario citrícola, donde en Córdoba, en la Vega del Guadalquivir, existe un 50% de productores, agricultores que no pertenecen a ninguna organización, y donde en números globales destaca la pregunta de cómo comercializar una producción de 7,3 millones de toneladas en el país y creciendo, el retraso previsto para la nueva PAC, la reforma Hogan, ofrece tranquilidad ante «un cambio de estrategia comunitaria». Son dos puntos de partida que se pusieron ayer de manifiesto en la jornada sobre La Reforma de la PAC y el Futuro del Sector de Cítricos en la Europa Post-2020, organizada por la asociación de Empresarios de Palma del Río, Empa. Un foro de análisis que ha contado con la colaboración del Ayuntamiento palmeño, el GDR Medio Guadalquivir, Cajasur Servicio Agrario y la asociación profesional citrícola Palmanaranja. Tomás García Azcárate, economista agrario en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), resaltó que la nueva PAC trae consigo una descentralización y aseguró que se trata de un cambio completo entre la relación de Bruselas y los países miembros. El economista afirmó que «el único sector sin techo presupuestario es para programas operativos de frutas y hortalizas, la reforma es un paso adelante importante, que utilizará este modelo para otros sectores». Seguidamente se preguntó «cómo comercializar 7,3 millones de toneladas y creciendo».

Para García Azcarate, el reto está en la organización, pues «el futuro de los productores está en mano de los productores, no en manos de la administración». Siguiendo el planteamiento del delegado territorial de Agricultura, Francisco Zurera, que llamó a la unión tras subrayar el dato del 50% de productores sin asociar, García Azcarate defendió que «la organización es esencial en un marco europeo favorable». Añadió que la Administración tendrá que verificar que no se vendan productos no aptos, ocuparse de la promoción, protocolos para zumo de calidad, apuntando la cadenera como variedad de la zona.

Eduardo Moyano Estrada, también del CSIC, indicó que la reforma refuerza compromisos medioambientales e insistió en la descentralización, indicando que «hay planes estratégicos que colocan la política agraria en las agendas de los estados miembros y sus comunidades autónomas».

Desde Palmanaranja, Antonio Carmona manifestó que «las frutas y hortalizas, de estar en el ojo del huracán, pasan a ser sector referente». Apostó por la unión de productores y comercializadores, y consideró como necesaria la información sobre producción y mercados, ya que «todos los orígenes influyen». Carmona resaltó tambiémna que la superficie citrícola sigue creciendo. El volumen previsto, según el aforo de la Junta para esta campaña, es de 323.956 toneladas y se generan más de 450.000 jornales.