Juan Carlos Cruz protagonizó ayer en Baena un emotivo y poético pregón del judío en el que reivindicó esta figura unida al tambor, «que es el cofrade más grande». Además de mostrar su amor por Baena, su cuadrilla y sus amigos, porque «el judío no tendría sentido sin ese vínculo que lo une a sus hermanos, la amistad», desgranó momentos vividos a lo largo de estos años. Señaló que admira al judío «responsable y comprometido» y que los misereres no se encuentran «ni en las calles ni en los bares», sino en la iglesia de San Francisco. Se mostró satisfecho por el reconocimiento de la Unesco, que tiene que servir para mejorar, pero «siempre preservando nuestra identidad porque el judío es cofrade». Contrario a los bandos que imponen horarios porque «nos sentimos perseguidos», dijo, sueña con un Domingo de Resurrección con colinegros y coliblancos.

En el acto de exaltación del judío, organizado por la primera cuadrilla de la cola negra, se reconoció como cofrade ejemplar a Crisanto Hidalgo, el judío en activo más veterano de la cola blanca, cuadrillero honorario y que ha representado la figura de Judas durante 46 años, «que ha llevado el respeto a la turba como bandera», en palabras de su hija, Julia. El alcalde de Baena, Jesús Rojano, recordó que hay que mantener el equilibrio entre el disfrute, la protección de la figura del judío y el descanso».