El concejal de Cultura de Lucena, Manuel Lara; el doctor en Historia Moderna José Calvo, y la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Archidona, la lucentina Carmen Romero, han presentado las sextas Jornadas de Historia y Literatura, que en esta edición se titularán Lucena en tiempos de Barahona de Soto. Las diferentes conferencias en torno al autor lucentino tendrán lugar el martes, 4 de abril, y el miércoles, 5 de abril, en el Palacio de los Condes de Santa Ana. Según José Calvo, «el tiempo de Barahona de Soto es muy interesante desde el punto de vista histórico y literario», por eso se ha diseñado un programa que busca dar a conocer al escritor y su contexto la Lucena de mitad del siglo XVI, a través de una serie de ponencias en las que se abordarán distintas perspectivas como la literatura, la historia o la música. Manuel Lara ha hecho hincapié en el autor de Las lágrimas de Ángelica como nexo de unión entre las localidades de Lucena y Archidona, y ha añadido que hay que afianzar el hermanamiento con esta localidad en tres sentidos: «el cultural, el turístico y, por último, el económico». Carmen Romero, por su parte, ha agradecido la invitación del Ayuntamiento de Lucena a asistir a estas jornadas y ha querido destacar en todo momento que «en Archidona la palabra Lucena suena muy bien».

El martes, día 4 de abril, a las 18.30 horas tendrá lugar la inauguración de estas jornadas, que estará seguida de una conferencia de José Luis Corral, catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Zaragoza, y otra de José Calvo, sobre la Lucena en tiempos de Barahona de Soto.

El segundo día de las jornadas comenzará también a las 18.30 horas, con una conferencia de Antonio Cruz Casado, doctor en Literatura, quien acercará Lucena y Archidona, localidades hermanadas. Las sesiones continuarán con Juan Miguel Moreno, catedrático de piano del Conservatorio Superior de Música de Córdoba, que disertará sobre la música de la época.

Luis Barahona de Soto nació en Lucena y ejerció como médico desde 1581 en Archidona, donde fue asimismo regidor y teniente corregidor de la villa. Murió en Archidona el 5 de noviembre de 1595, siendo enterrado al siguiente día en una bóveda de la parroquia de Santa Ana de dicha localidad.