El castillo de Belalcázar consta del castillo en sí, edificado hacia 1466, el foso que lo rodea y el recinto amurallado exterior de época árabe, iniciado en tiempos de los omeyas.

Aunque el conjunto ya fue intervenido hacia 1980 y en los años 2009 y 2010 se realizaron trabajos arqueológicos en el patio de armas era necesaria la actuación ahora finalizada para garantizar la conservación de los elementos existentes.

El proyecto actual, con un total de 23 intervenciones, ha permitido hacer un pequeño centro de recepción de visitantes en la antigua casa de labor para contribuir al conocimiento del espacio. Igualmente, la recuperación del camino de acceso, del patio de armas y del terrado y la apertura de pasos provisionales en cada uno de los niveles de la torre del homenaje, con escaleras de caracol y elementos de seguridad que permitirán su visita. La torre es el elemento más emblemático del castillo y es, con sus 47 metros, la más alta de la península.

Cuenta con ocho garitones cilíndricos con pináculos góticos invertidos, adornos platerescos y escudos de armas de la familia Sotomayor.

Por otra parte, se ha colocado iluminación interior, se ha repuesto el mortero y la cal para consolidar las juntas de piedras y se han tapado o protegido huecos, aljibes y balcones, por seguridad y para protección frente a las aves. Respecto al camino de acceso, se contemplaba la eliminación de los muros de piedra derruidos y la recuperación de la totalidad del pavimento.

El alcalde de Belalcázar, Francisco Luis Fernández, señaló que la esperada rehabilitación del castillo «va a suponer un impulso económico no solo para Belalcázar sino para toda la comarca y va a generar turismo cultural, muchas visitas y oportunidades de desarrollo».