El Ayuntamiento de Montilla le ha declarado la guerra al picudo rojo, un coleóptero procedente del sudeste asiático que se detectó por vez primera en España en 1993 y que, desde entonces, ha causado auténticos estragos en la población de palmeras de medio mundo. De hecho, la localidad de la Campiña Sur ha perdido en los últimos años cerca de una veintena de ejemplares de los 135 que existían en el municipio.

Por este motivo, y con el fin de evitar que esta plaga afecte al resto de palmeras de los parques y zonas verdes de la ciudad, el Área de Medio Ambiente ha decidido aplicar un tratamiento biológico innovador, tal y como anunció ayer la teniente de alcalde de Medio Ambiente, Raquel Casado, quien señaló que el objetivo es apoyar los tratamientos químicos que se venían realizando hasta la fecha para hacerlos más efectivos y, al mismo tiempo, reducir su uso para favorecer una intervención más sostenible.

«Este nuevo tratamiento es más respetuoso con el medio ambiente ya que combina la lucha biológica, a través de un hongo natural que parasita al picudo provocando su muerte», destacó la edil, quien aclaró que el sistema cuenta con «un apoyo de tratamiento químico que reduce considerablemente la cantidad de productos de síntesis».

De este modo, el nuevo tratamiento consiste en la introducción del hongo Beauveria Bassiana en las palmeras del municipio, para que sea el propio picudo rojo el que lo propague de una palmera a otra, infectando a otros insectos y, por tanto, permitiendo minimizar los tratamientos químicos.

El Consistorio confía en evitar la muerte de más ejemplares de palmera, especialmente canarias y datileras, las más afectadas por el picudo rojo desde que se detectara su presencia en España.

Raquel Casado recordó el «compromiso del equipo de gobierno» por «conseguir una sostenibilidad ambiental real en el municipio», lo que pasa por «reducir al máximo posible los tratamientos químicos en el mismo».