El paisaje humano y urbano de Cabra ha cambiado mucho desde que aquel 29 de junio de 1982 los duques de Soria, la Infanta Margarita de Borbón y su esposo, el doctor egabrense Carlos Zurita, inauguraran el hospital comarcal al que dio nombre.

Para su gestación como "residencia sanitaria" -definición que así se daba a los centros hospitalarios- dio sus primeros y tímidos pasos en 1948, según reflejaba en sus páginas el periódico local El Popular , informando que la Caja Nacional del Seguro de Enfermedad "construirá ambulatorios con camas en Peñarroya y Cabra y ambulatorios reducidos en Pozoblanco, Montilla y Priego".

Un anuncio hecho por el entonces director de la mencionada Caja Nacional, Sebastián Criado del Rey, que se vio confirmado 34 años después, tras varias vicisitudes, en un Consejo de Ministros celebrado en Sevilla el 2 de abril de 1976, con motivo de una visita de los Reyes de España, que aprobó la construcción del hospital de Cabra. El centro recibiría el nombre de la hermana del Rey.

El nombre fue propuesto por el propio Rey en el transcurso de la visita que la Corporación municipal, presidida por aquel entonces por el socialista Juan Muñoz Muñoz, realizó a La Zarzuela para entregarle la medalla de oro de la ciudad. En ella, según los que estuvieron en aquel acto, indicó que la Infanta aceptaría encantada dar su nombre al hospital y además lo haría porque se lo mandaba él.

Un proyecto que después de adjudicarse el 4 de septiembre de 1976 pasó por momentos críticos, como en 1978, cuando se paralizaron las obras debido a la crisis de la empresa adjudicataria, lo que hizo que el entonces primer alcalde en la etapa de la transición democrática, Eduardo Rueda Nogueras, plantease la posibilidad de dimisión en bloque de la Corporación si no se reanudaban los trabajos antes de que finalizara el año. Y así las cosas finalizó su construcción en el año 1980, ascendiendo la inversión a 600 millones de pesetas.

Luego, hasta que abrió sus puertas en 1982 -el año del Mundial de fútbol y de Naranjito-, el Ayuntamiento de Cabra hizo lo indecible para conseguir los 800 millones de pesetas más que se requirieron para hacer posible su apertura en el mes de mayo. Un mes después lo inauguraba la Infanta Margarita.