La Guardia Civil de Córdoba, fundamentalmente a través de sus unidades especializadas en la Protección de la Naturaleza (Seprona) y coincidiendo con el inicio en el campo de la berrea desde mediados de septiembre, ha reactivado un operativo especial de servicio para luchar contra el furtivismo que se desarrollará principalmente en los acotados de caza mayor y sus proximidades, que se concentran esencialmente en la zona norte y centro de la provincia.

Según ha informado el Instituto Armado en una nota, la primera fase de este operativo Sierra se inició a finales del pasado mes de agosto, dado que en estas fechas los cérvidos ya cuentan con cuernas desarrolladas y se inicia su período de reproducción. En esta fase, coincidente con el inicio de la temporada de caña mayor, la Guardia Civil está desarrollando fundamentalmente labores de prevención y erradicación de los episodios de furtivismo.

De este modo, la segunda fase del operativo se ha iniciado el pasado día 14 de octubre y se prolongará hasta el próximo día 11 de febrero del 2018, fecha en la que finaliza la temporada.

En esta segunda fase, la Guardia Civil orientará principalmente los servicios al control, inspección y verificación de las modalidades de caza autorizadas, comprobación de las autorizaciones administrativas de los propios cazadores y de las rehalas participantes, y detección de la caza furtiva, comercialización y transporte de las carnes a los mataderos autorizados y con control sanitario, ejerciendo un especial control sobre aquellas monterías, batidas y ganchos conocidas como "mata y cuelga".

MONTERÍAS ILEGALES

En este sentido, el esfuerzo de las unidades implicadas tenderá a prevenir los episodios de furtivismo en un primer estadio y a denunciar las infracciones cuando las mismas se produzcan. Del mismo modo, los procedimientos operativos de los servicios irán dirigidos a evitar episodios de "retranca" detección y erradicación de los "ganchos irregulares" y las "monterías ilegales".

Las monterías, debido al elevado número de participantes, el empleo de armas largas rayadas y el uso de rehalas, serán objeto de una supervisión más detallada para evitar que se establezcan más posturas de las autorizadas y que se desarrollen con las medidas adecuadas al objeto de garantizar la seguridad de las personas participantes.

Con respecto a las rehalas de perros utilizadas en este tipo de cacerías, la Guardia Civil comprobará los certificados o talones demostrativos de haber realizado operaciones de desinfección de los medios de transporte de los perros.

Asimismo, la Benemérita pretende concienciar a los rehaleros de la necesidad de estar en posesión de todas las autorizaciones administrativas necesarias, la inscripción de los núcleos zoológicos en el Registro de Explotaciones Ganaderas de Andalucía, seguros de responsabilidad civil, licencias de caza, medios de transporte y capacitación de los conductores desde el punto de vista del bienestar animal.

De igual modo, continúan en vigor las normas de naturalización de trofeos, según las cuales aquellos cazadores que quieran naturalizar los trofeos de las piezas que abatan en las cacerías podrán transportarlos en recipientes herméticamente cerrados, por ellos mismos o a través de terceros con destino a las taxidermias, acompañados del documento expedido por el veterinario en caso de monterías, ganchos y batidas o por el guarda del coto respecto a recechos y aguardos.

Así, cualquier recipiente que cumpla esta función es válido, lo que permite realizar el transporte del trofeo introducido en una bolsa de plástico que ofrezca la resistencia y estanqueidad oportuna, para evitar el vertido de líquidos orgánicos. Por último, se verificará que todos los trofeos vayan con su correspondiente precinto.

583 ACTUACIONES

Al igual que en la primera fase, un gran esfuerzo se va a destinar a atajar los episodios de furtivismo que pudieran aflorar con la temporada ya comenzada.

Durante la pasada temporada de caza, la Guardia Civil efectuó 583 actuaciones, entre identificación de personas y vehículos, verificación de actividades cinegéticas, inspecciones y registros o constatación de infracciones administrativas, lo que permitió la inspección de 249 cacerías de diverso tipo, con un resultado de 289 infracciones administrativa por vulneración de diversos preceptos en materia de caza.

Como consecuencia de los expedientes de denuncia instruidos, la Guardia Civil intervino diversas armas de fuego, así como material de apoyo para cometer los episodios de furtivismo como focos alógenos, hachas, o equipos de transmisiones, y distintas reses capturadas de modo irregular o ilícitamente abatidas, todo ello puesto a disposición de la Delegación Territorial de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio a resultas de la instrucción de los respectivos expedientes sancionadores.