Un grupo de estudiantes de la Universidad de Málaga (UMA) desarrolla un proyecto para abrir una granja de grillos y fabricar con ellos harina con la que hacer productos para consumo humano como barritas proteicas, galletas, pan o pasta.

La granja -de 300 metros cuadrados- estará ubicada en Puente Genil (Córdoba), la localidad originaria de Cristina Rivas Lahoz, de quien fue la idea de poner en marcha el proyecto que ahora desarrolla junto a otros tres chicos, según ha señalado esta estudiante a Efe.

La inversión necesaria para que comience a funcionar es de 40.000 euros, de los cuales ya han obtenido 3.000 gracias a un premio del concurso "Spin-off" de la UMA que el proyecto logró el pasado julio.

Cristina Rivas ha explicado que durante los meses que quedan de este año piensan acondicionar la nave y empezar a criar, de modo que a mediados de 2020 puedan comenzar a vender sus productos.

Esta joven forma el grupo de trabajo del proyecto "Crifit" con un compañero de clase, ambos estudiantes del Grado de Marketing e Investigación de Mercados, y dos estudiantes del Grado de Biología de la UMA.

Rivas ha apuntado que "están floreciendo muchas empresas en este sector porque se han creado muchas expectativas" y que a largo plazo piensa en ampliar las especies de cría con otros insectos como el "gusano de la harina".

En este sentido, el presidente de la asociación nacional de insecticultores Aproinsecta Aproinsecta, José Sánchez, ha indicado a Efe que los márgenes de beneficio de esta actividad son más altos que los de la ganadería "común".

Sánchez ha valorado los costes de producción entre 1,40 y 2 euros por kilo y ha establecido que se pueden vender "a más de tres o cuatro veces su coste".

Tanto Cristina Rivas como José Sánchez han destacado la importancia de que se desarrolle una normativa clara para que el sector sea estable y pueda competir en el mercado agroalimentario con el resto de productos.

INSECTOS CONTRA EL HAMBRE EN EL MUNDO

Sobre los productos alimenticios fabricados con insectos, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) publicó en 2013 el informe "Insectos comestibles: perspectivas de futuro para la seguridad alimentaria y alimentación para el ganado".

En el texto se valoraba el potencial alimentario de estos productos "como fuente importante y fácilmente accesible de alimentos nutritivos y ricos en proteínas".