El área de Cultura del Ayuntamiento de Fuente Palmera ha iniciado el proyecto de recuperación y puesta en valor de las casi 50 estatuas que se conservan del Simposio Internacional de Escultura Carlos III que tuvo lugar en los años 2000, 2001 y 2003.

En los últimos meses se ha realizado una investigación sobre los escultores que participaron en el certamen y algunos de ellos siguen o gozan ahora de un reconocido prestigio internacional en el mundo de la escultura, lo que da más valor si cabe a las creaciones que dejaron en la localidad.

El concejal de Cultura, Quique González, piensa que «ya era hora de recuperar este patrimonio por la atracción turística y cultural que se puede generar, porque no hablamos solo de visitas turísticas o vacacionales, sino de colegios y universidades, así como de rutas guiadas, ya que las esculturas se ubicarían por todos los núcleos colonos».

Actualmente, el Consistorio tiene localizadas unas 45 esculturas, hay cuatro que no se sabe dónde están y una que se donó a la Fundación Pablo Antonio de Olavide (Sevilla). De las primeras hay unas diez que se han recuperado porque a lo largo de los años se han ubicado en distintos puntos como glorietas, parques y aldeas de la Colonia. La intención del proyecto es que cada pedanía tenga al menos una escultura, así como la ELA de Ochavillo del Río y el municipio de Fuente Carreteros.

Casi todas las demás se hallan en el parque del bulevar de la Constitución, algunas muy deterioradas y divididas en dos piezas. El objetivo es aplicarle una eficiente limpieza y restauración, ponerle su pedestal, una placa identificativa e, incluso, iluminación. Las que se encuentran en la zona ajardinada se quedarían en ese sitio y las que están en la zona no urbanizada -y tiradas en el suelo-, se trasladarían a otros puntos del núcleo urbano o de las aldeas.

González también destaca que hay ciertas esculturas que tienen un significado especial, como la denominada 1767, en honor al año de fundación de la Colonia, obra del español Jesús García Lorente, que obtuvo el tercer premio de la primera edición del simposio y está ubicada desde el pasado 5 de julio (Día de la Colonia) en el Parque Nuevas Poblaciones. Asimismo, la colocada en la rotonda del cruce de Peñalosa-La Herrería, llamada Llévame hasta la luna, de la española Teresa León, que rinde memoria a dos vecinos fallecidos en accidente de tráfico en ese punto en 2007. Igualmente, todas las esculturas de la tercera edición tuvieron como temática la inmigración. El concejal reconoce que se trata de un proyecto de bastante envergadura y se podría acometer en varias fases.

Hace unos días visitó Fuente Palmera Jesús María Sierra, arquitecto del Servicio de Arquitectura y Urbanismo de la Diputación de Córdoba, que valoró «la amplitud de este patrimonio de esculturas de autores sensiblemente importantes algunos de ellos, y que merece la pena recuperar para que los ciudadanos sepan valorar lo que tienen aquí en la Colonia».

Sierra detalló que, «teniendo en cuenta los años que han pasado y la situación al aire libre en que se encuentran las estatuas sin haber tenido un mantenimiento continuado, no se hallan en muy mal estado, algunas están peor que otras pero la mayoría tienen buen aspecto».

El arquitecto del SAU añadió que «vamos a preparar una pequeña memoria con una valoración económica sobre la limpieza, reubicación de las piezas y su puesta en valor dentro de distintos puntos tanto del municipio como de los núcleos de población».

Historia del simposio

Un total de 51 escultores de distintos países participaron en las tres ediciones del Simposio Internacional de Escultura Carlos III. Cada uno de ellos realizaba una escultura al aire libre y en lugar público abierto a toda persona interesada en contemplar el proceso de realización de una estatua. Todas las obras fueron ejecutadas sobre piedra caliza crema Capri, procedente de las canteras ubicadas en la localidad cordobesa de Cabra.

Este proyecto pretendía dotar a la Colonia de Fuente Palmera de un patrimonio artístico con la creación de un museo escultórico al aire libre que pudiera ser disfrutado por todos los vecinos y personas que visitasen la localidad, dando al pueblo un atractivo cultural superior al que poseía. También para difundir entre los jóvenes y mayores el gusto por el arte en general y la escultura en particular, convirtiendo estos encuentros en un factor de integración social y cultural.

Pero después de tres ediciones, el simposio dejó de celebrarse y las estatuas permanecieron durante muchos años en el que hoy es conocido como Parque del Agua (antes se conocía como Parque de las Estatuas), sin apenas mantenimiento y siendo víctimas del ostracismo institucional y del vandalismo juvenil.

Algunos de los escultores más importantes que pasaron por Fuente Palmera y que han crecido a nivel mundial en estas dos décadas, son los rumanos Chifu Panite y Vlad Aurel, el alemán Jörg Plickat, los españoles Roberto Manzano y Ana Olano o el australiano Alexander Seton. También hay que reseñar que el comisario del simposio fue el escultor cordobés José Manuel Belmonte.

Aparte de la actividad principal del simposio, tanto los escultores como los asistentes pudieron disfrutar de actividades de esparcimiento y diversión, un ciclo de conferencias abiertas a toda persona interesada e impartidas por eminentes profesores y escultores peritos en la materia. Asimismo, se contó con innumerables visitas de relevantes personalidades de la vida social, política y cultural, que mostraron un innegable interés por el evento celebrado en Fuente Palmera.

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