Romanos, visigodos y árabes han dejado una huella enterrada durante mucho tiempo en Puente Genil, que comenzó a ver la luz con las primeras excavaciones en la década de los años 80. En 1982 se descubrió el mosaico nilótico, que sella la identidad y relevancia de la Villa, y comenzaron las excavaciones durante unos cuatro años en el yacimiento de Fuente Álamo. Posteriormente, hubo un parón de una década aproximadamente hasta que, a finales de los noventa, continuaron las excavaciones y puesta en valor, dando lugar dos décadas después a un yacimiento de primera magnitud que recibe a miles de turistas de todo el país cada año.

A tres kilómetros del casco urbano, en la aldea de Los Arenales, se encuentra la gran casa que los romanos llamaban villa y donde el señor residía rodeado de todo lujo y comodidades con su familia y personal de confianza, hoy en día principal reclamo turístico y patrimonial de esta localidad de la Campiña Sur.

Perteneciente, en esa misma época, al convento jurídico astigitano, la villa romana de Fuente Álamo se emplazaba próxima a la desviación del gran camino de la antigüedad, la Vía Augusta hacia Antikaria (Antequera), y equidistante de dos ciudades importantes en la Bética, Ipagrum, la actual Aguilar de la Frontera, y Ostippo, Estepa (Sevilla).

Una villa del siglo III d.c.

La construcción de la villa data del siglo III d.c. y parece seguir los apuntes del escritor latino Varrón: «A la hora de edificar la villa, deberá cuidarse de que en su recinto haya agua o, si no, que esté próxima». Las distintas generaciones de propietarios se sucedieron hasta el siglo VI, aunque sería a finales del IV y durante el siglo V d.c. cuando Fuente Álamo alcanzara su mayor esplendor y lujo, con mosaicos considerados únicos en Hispania. Precisamente este devenir generacional y el consiguiente cambio en las creencias religiosas hizo posible la existencia de una habitación cuya distribución arquitectónica hace plausible su interpretación como un lugar de culto al dios oriental Mitra, cuyo uso pudiera posteriormente haberse cristianizado. De ser así, estaríamos ante el mitreo mejor conservado de toda la península ibérica.

La arquitectura de la villa está definida por la presencia del arroyo, a ambos lados del cual se distribuye la edificación y se divide en tres partes: urbana, rústica y fructuaria. Y así, ocupando una amplia superficie del lado norte de la villa se sitúa la parte destinada al almacenamiento, que en el caso de Fuente Álamo probablemente fuera de vino y aceite. Cuenta con un interesante entramado de graneros u horrea sobreelevado respecto a la zona de almacenamiento y provisto de conductos de ventilación por los que circulaba aire caliente, que creaba un clima seco para evitar que el trigo fermentase.

El aula 'tetraconque' y el 'hypocaustum'

En la otra margen del arroyo, y comunicado con la parte norte a través de una galería de treinta y ocho metros que transitaba sobre el arroyo, la zona sur de la villa presenta una estructura en excepcional estado de conservación. Aquí se encuentra la única aula tetraconque que se conoce en la Bética. Un edificio formado por un espacio central cuadrado que se completa en sus cuatro lados por ábsides semicirculares formando una estructura cruciforme, pavimentado con un mosaico con el dios-río Nilo como protagonista y a su alrededor, a modo de viñetas, una lucha entre una familia de pigmeos y unas grullas a las que pretenden dar caza. Un pasaje cargado de humor y algo de erotismo, manifiesto en la epigrafía que acompaña a los personajes, que ha sido muy valorado por la investigación. Junto a él se sitúan las termas, de las que se conserva el hypocaustum (sala calefactada) en relativo buen estado.

La zona noble de la villa ha sido conocida tradicionalmente por su abundancia en mosaicos. Estos han venido constituyendo su principal acicate arqueológico, habiendo aportado las excavaciones controladas en la villa algunos casos excepcionales en Hispania, el mosaico del Triunfo de Baco o de las Tres Gracias.

Hoy sabemos que los mosaicos de Fuente Álamo constituyen ejemplos únicos en todo el Imperio Romano. No hay nada igual desde España hasta Turquía, desde Túnez a Alemania.

Horarios de visita

Para verlos, el visitante dispone de un horario de martes a domingo, del 10.00 a 14.00 horas, que se modifica en los meses de verano, y también del programa de actividades culturales Noches en la Villa -e-mail: visitasfuentealamo@gmail.com-.