En un bellísimo edificio regionalista que engalana la plaza de España, rumbo al paseo Alfonso XIII, ya no luce una de las señas de identidad de la ciudad para muchos vecinos de Palma del Río. Falta una cruz, que en los últimos tiempos, luminosa, seguía generando confianza por un servicio ágil, eficiente, de calidad, y siempre amable y cariñoso. Así se puede describir a Farmacia Chacón, que ha cerrado sus puertas después de 105 años de vida. Casa Chacón ha sido considerada como «una institución».

En los últimos días de servicio, la farmacia ha recogido en su mostrador muchas muestras y testimonios de cariño, un reconocimiento a tantos años de servicio público, velando por la salud de palmeños que «venían desde todos los barrios» y «también de pueblos de la comarca». Así lo afirman Rosa Aguilar León y Juan Muñoz Nieto, que han trabajado en la farmacia en los últimos 7 y 15 años, respectivamente. Aguilar cuenta que «nos han dicho que sienten mucha pena ante el cierre de una farmacia de toda la vida, como de la familia». Y apunta que «esta casa ha atendido a tres generaciones». Muñoz señala que «cuando vaya por la calle pensaré: a este niño lo pesé yo», recordando tantas caras de felicidad de familias al pesar a sus bebés.

Estas paredes, farmacia, rebotica y laboratorio, han sido testigos del devenir de un pueblo. En 1914 llegó a Palma el joven licenciado en Farmacia Sebastián Chacón Díaz y abrió una farmacia en la entonces calle Calvo de León. Llegó acompañado de otro vecino muy recordado, un joven mancebo de nombre José Rodríguez Ojeda.

Tras Sebastián Chacón llegaron sus hijas Leocadia y Carmela. Dicen que Leocadia fue una adelantada a su tiempo: «Estudió en Madrid». Curiosamente, su hermana Carmela no era farmacéutica, pero una ley favoreció la continuidad de la botica en ella. El fallecimiento de ésta ha desencadenado el cierre, al no poder transmitir este legado, era un derecho personal. Al cumplir 100 años, la memoria rescató nombres propios de Casa Chacón, como Francisco López Rodríguez Currito, Eusebio López, Nicolás Franco. Ahora se vuelven a recordar junto a Virgilio Valle, Sebastián Almagro, José Domínguez, José Torres, José Torrenteras, José Durán, Pepe Fuillerat, Alonso Santiago, Lorenzo Rodrigo, Manolito Palma o Manolín Reina. Y generaciones más recientes, como Josefa Domínguez Romero, Ana María Martínez, como regentes, y María Torres.

«La plaza notará un vacío», se afirma en Palma del Río.